BOLETÍN INFORMATIVO DE LA COMUNIDAD ISRAELITA DE SANTIAGO

Una Respuesta Masortí a Interrogantes de Nuestro Tiempo

COMO FORMULAMOS LA LEY JUDÍA PARA NUESTRO TIEMPO

De “The United Synagogue Review”

por el rabino Dr. Elliot N. Dorff

Muchos miembros del Comittee on Jewish Law and Standards[1] han escrito decisiones rabínicas, o teshuvot[2] para la Comisión, cada uno con su enfoque especial de la ley judía.  Para que puedan entender mejor el trabajo del  Comité se me ha pedido que describa como un miembro comprende lo que está haciendo cuando escribe decisiones para la Comisión, y por lo tanto para el Movimiento.

¿Qué es entonces lo que hace funcionar a Elliot?[3]  Es decir, ¿qué es lo que me hace ser un judío conservador practicante en primer lugar, y qué es lo que creo que estoy haciendo cuando escribo una decisión para someterla a la consideración del comité superior y cuando participo en la discusión sobre las decisiones escritas por otros?  En esencia estas son las preguntas que debo tratar de responder.

Motivaciones para Observar la Ley Judía

Cuando uno escribe una teshuvá para explicarle a la gente como debería observar la ley judía, presume que está claro por qué debemos obedecer la ley judía en un principio  .  ¿Por qué deberían los judíos—y, en este caso, por qué yo—hacer eso?  La mayoría de los judíos diría inmediatamente que la razón última es que D's te castigará si desobedeces y te recompensará si obedeces.  Ésta es por cierto una de las razones que nos da la Torá, y que está enraizada en los versículos que usamos como segundo párrafo del Shemá.

 

La Torá, sin embargo, sabía que eso sólo no bastaría.  Después de todo, unos pocos cuarenta días después de la revelación del Monte Sinaí, con su acompañamiento de rayos, truenos y terremotos, los israelitas ya estaban adorando al Becerro de Oro.  Si aún aquellos que habían sido testigos de la revelación no fueron disuadidos por las manifestaciones del poder de D's en el Éxodo y en Sinai, entonces, obviamente, las generaciones venideras  no lo serían  tampoco.  Por lo tanto, la Biblia hebrea presenta otra serie de razones para obedecer la ley judía.  Esto es tremendamente importante para mi, porque yo también me atengo a la ley judía por uno o más motivos en cada ocasión, y me consuela el saber, que mi tradición, desde la Torá en adelante, estuvo consciente de la gente podría tener distintos motivos para vivir de acuerdo a la ley judía. 

 

En realidad la Biblia explica nueve motivaciones distintas para obedecer la ley judía, y los Rabíes agregan tres más, todos las cuales describo bastante detalladamente en un libro que escribí para los jóvenes, titulado “Mitzvá Significa Mandamiento”.  Para nuestros propósitos actuales,  todo lo que haré es nombrarlos y confiar en que consultarán el libro para más detalles.  La Biblia dice, que se debe obedecer la ley judía porque:

1)      La coacción divina:  D's te recompensará si lo haces y te castigará si no lo haces.

2)      La coacción humana:  Las cortes humanas exigirán el cumplimiento de la ley judía, esto fue así en la mayoría de las comunidades judías del mundo hasta 1945.

3)      La sabiduría:  Los mandamientos son inherentemente sabios, probados por la experiencia, de modo que cualquier persona inteligente debería querer vivir de acuerdo a ellos.

4)      La moralidad:  Los mandamientos definen los valores morales, y por lo tanto debemos obedecerlos si aspiramos a hacer lo que es correcto y bueno.

5)      El Pacto:  Tú estuviste en el Sinai, y contigo tus antepasados (o tus nuevos antepasados, si te has convertido al judaísmo), hiciste una promesa de mantenerte fiel al Pacto.  La moralidad de cumplir promesas y la relación que quieres seguir manteniendo con D's debieran por lo tanto motivarte para obedecer la ley judía.

6)      Nuestra deuda con D's:  Debieras obedecer los mandamientos de D's porque estás en deuda con Él por todo el bien que te ha hecho a ti y a tus antepasados—como dice la liturgia, por “Tus milagros que están a diario con nosotros.”

7)      La reputación de D's y de Israel:  Deberías obedecer los mandamientos para preservar el buen nombre de D's y de Israel entre los no judíos (Kidush Hashem).

8)      Santidad:  Debieras obedecer la ley judía porque es tu misión el hacerlo, forma en que te conviertes en “un reino de sacerdotes y una nación santa. (Ex. 19:6)

9)      Amor a D's:  Debieras obedecer los mandamientos por amor a D's.

Los Rabíes agregaron las siguiente motivaciones para observar la ley judía;

1)      Mantener al mundo.  Los Rabíes estaban convencidos que si fallamos en la obediencia de los mandamientos, la sociedad humana, y hasta el mundo en si, se desintegrarían. 

2)      Identidad nacional:  Los mandamientos distinguen a los judíos de los no judíos y en esta forma definen al pueblo judío.  La kashrut por ejemplo, es, entre otras cosas, una forma de identificarse con los judíos de todo el mundo en el pasado, el presente y el futuro.

3)      Valor estético:  El viernes de noche alrededor de la mesa, o comer juntos en la sucá

es aparte de todo lo demás, simplemente hermoso.

Hay dos cosas que se deben decir acerca de esta lista.  En primer lugar, tal como lo dijeron los Rabíes, aún si ninguna de estas motivaciones te resultan convincentes, aun así el cumplimiento de la ley sigue siendo obligatorio.  La tradición sabía que ningún sistema legal puede depender solamente de la obediencia ciega, pero en última instancia debemos obedecer la ley de D's.

Los Factores que Determinan la Sustancia de la Ley Judía

Debemos preguntarnos ahora, ¿qué es lo que  conlleva exactamente el cumplir con las exigencias de la ley judía?  Para bien o para mal—yo creo que definitivamente para bien—la tradición judía no es fundamentalista.  Eso quiere decir que yo no puedo simplemente mirar la Torá y definir la ley judía de esa forma.  Después de todo el judaísmo que hemos heredado, no es la religión de la Biblia;  es la religión de la Biblia como fuera definida e interpretada por los rabinos de cada generación.

 

Al tomar una decisión, entonces, debo reconocer, como lo ha afirmado el Movimiento Conservador desde sus comienzos, que la ley judía se ha desarrollado a través del tiempo y que la ley que nos ha llegado ha nosotros no es necesariamente lo que la ley debería ser hoy en día.  Al mismo tiempo que recordar, que si quiero que lo hago hoy en día sea reconocible como judaísmo, debemos retener por lo menos la mayor parte de nuestra tradición.  Para usar el término de los fundadores de nuestro movimiento, debemos “conservar” la tradición—y en consecuencia somos el “Movimiento Conservador”.  Tomadas en conjunto estas convicciones requieren que siempre le pidamos que aporte las pruebas a la persona que quiere cambiar algo de la tradición recibida (como en un juicio donde el que tiene que aportar las pruebas es el acusador) pero también quiere decir que reconocemos que a veces las pruebas son valederas.

 

Por lo tanto, el decidir cuestiones en la ley judía, requiere un afinado sentido de juicio sobre cuando retener una ley y cuando y como cambiarla—siempre con un respeto mucho mayor por lo que ya está en los libros de lo que es común entre los legisladores seculares.  En este respecto, la posición de los rabinos, es mucho más cercana a la de los jueces seculares, cuya tarea es más bien interpretar la ley como fue recibida antes que hacer una ley nueva—y no es por accidente que la tradición judía comprende el papel del rabino no como el de legislador sino como el de juez.  Los rabinos toman decisiones acerca de la ley judía como parte de sus funciones de jueces y maestros.

La tradición judía emerge de la interacción entre lo que los Rabinos dicen y lo que la gente hace.  En términos judíos, halajá—el camino que deberíamos andar—es el producto de la ley y de la costumbre, de din y minhag.  Esto quiere decir que cuando decido cual debería ser la ley judía hoy en día, debo, como Salomón Shechter hizo notar hace mucho tiempo, tomar en cuenta no sólo lo que dicen los textos legales, sino como ha sido puesta en práctica por la “comunidad judía universal”, por la comunidad observante, en el pasado y en el presente.  Debo también, como los Rabíes claramente entendieron, preocuparme por como afecta a esa comunidad cualquier decisión que tome.   En consecuencia, aún si cierta forma de decidir una cuestión claramente parece ser la que exigen los textos y los precedentes de la tradición, no debo legislar en esa forma si esa decisión infligiera penurias económicas poco razonables a la comunidad o simplemente fuera ignorada por aquellos que normalmente obedecen la ley judía.

También debo ser cuidadoso de que la ley sea el epítome de las más altas normas morales, porque sería una profanación del nombre de D's, un jilul Hashem, decidir en otra forma.  No es nada fácil cumplir con este precepto, porque “altas normas morales” no es automáticamente un equivalente de lo que fue interpretado como tal en el pasado o lo que aparentemente son las exigencias más severas.  El contenido de “altas normas morales” más bien debe ser continuamente determinado por juicios difíciles pero absolutamente críticos.

Discerniendo la Voluntad de D's y Viviendo de Acuerdo a Ella.

Debo mencionar algo más.  Al fin y al cabo, estamos dedicados a este proceso de interpretar y aplicar la ley judía en primer lugar porque queremos hacer lo que D's quiere de nosotros.  Para hacer esto debemos discernir la voluntad de D's.  Los católicos hacen esto siguiendo al Papa;  los protestantes hacen esto siguiendo a sus conciencias individuales;  y los judíos lo hacen interpretando y aplicando la ley judía.  Además, a pesar de que cualquier judío, puede, y en realidad debiera dedicarse al proceso de aprender e interpretar la tradición, es la comunidad judía—o históricamente, secciones de ella—que determinó cuales de las interpretaciones serían aceptadas como nuestro entendimiento de la voluntad de D's y cuales no lo serían. 

De modo que, cuando escribo una decisión, soy profundamente consciente que mi tarea no es tan sólo describir lo que a mí personalmente me gustaría que fuera la ley, sino lo que creo que D's querría de nosotros.  También sé muy bien que no soy D's y que no puedo atreverme a hablar en Su nombre.  Mis antepasados, sin embargo, han interpretado la Torá

como para poner ese privilegio y responsabilidad en las manos de los rabinos de cada generación.  Por lo tanto siempre comienzo la tarea de escribir una decisión con un gran sentido de responsabilidad hacia D's y hacia mi pueblo.  Me consuela el hecho que mis propios errores en discernimiento podrán ser y serán corregidos por mis pares—y finalmente, por las prácticas y costumbres de  todos los judíos que quieren seriamente que la ley judía sea parte de sus vidas.

 

Claro que todos podemos estar equivocados, pero la fe judía es precisamente que la Torá

y su continua interpretación y aplicación por rabinos y judíos serios articula la voluntad de D's.  Como alguien que comparte esa fe, cuando voy a escribir una decisión lo hago con una combinación de honestidad acerca del pasado y del presente, humildad acerca de lo que podemos saber de la voluntad de D's, y un compromiso apasionado para que se haga realidad en nuestro mundo la voluntad de D's.

PREGUNTAS PARA DISCUTIR

1)      ¿Cuándo obedeces la ley judía, lo haces por temor al castigo, por amor a D's o por alguna otra razón?

2)      ¿ En qué forma podemos ayudar para que se haga realidad la voluntad de D's?

3)      ¿Crees que hay alguna forma de saber cuál es esa voluntad?

El Dr. Eliot Dorff, Rector y Profesor de Filosofía en la University of Judaism en Los Angeles, fue nombrado miembro del Comittee on Jewish Law and Standards en diciembre de 1984 y has escrito diez decisiones rabínicas que han sido adaptadas por el Comité.  Para y junto con la Comisión on the Philosophy of Consevative Judaism[4], también escribió varias secciones de “Emet Ve’Emuná”[5], nuestro documento sobre la filosofía del Judaísmo Conservador.

Traducido y adaptado por Ría Okret


[1] Nota de la Traductora:  es la instancia superior conservadora en cuanto a cuestiones de Halajá o práctica judia.

[2] Nota de la Traductora:   quiere decir respuestas o definiciones de Halajá.

[3] Nota de la Traductora:  juego de palabras sobre un famoso libro de Buddy Schulberg “What Makes Sammy Run”  (literalmente: ¿qué hace funcionar a Sammy?

[4] Nota de la Traductora:  Comisión sobre la Filosofía del Judaísmo Conservador

[5] Nota de la traductora:  Verdad y Fe