Eutanasia
¿Morir dignamente y c
omo judíos?

Deby Grinberg


Ante todo, para abordar este tema debemos tener en cuenta las leyes internacionales de salud y su comité ético, como así también las leyes del país en el cual nos encontremos.

Una clasificación de Eutanasia la divide en lo que llamaremos “Eutanasia Pasiva” y “Eutanasia Activa”.

Analicemos algunos conceptos entonces:
Muerte digna: es la muerte con todos los alivios médicos adecuados y los consuelos humanos posibles. También se denomina ortotanasia. Pretenden algunos identificarla con la muerte "a petición", provocada por el médico, cuando la vida ya no puede ofrecer un mínimo de confort que sería imprescindible para seguir viviendo dignamente; sería para éstos, la muerte provocada por eutanasia. 
Eutanasia
: es la acción u omisión por parte del médico, con intención de provocar la muerte del paciente por compasión.
Eutanasia activa
: es la eutanasia que mediante una acción positiva provoca la muerte del paciente.
Eutanasia pasiva
: es la eutanasia por dejar morir al paciente por omisión de cuidados o tratamientos que son necesarios y razonables.
Eutanasia voluntaria: la que se lleva a cabo con consentimiento del paciente.
Eutanasia involuntaria
: practicada sin el consentimiento del paciente. 

Desde ya, estas definiciones y conceptos abren un debate moral, pero no es mi intención en este artículo analizar estos aspectos, sino reflexionar sobre nuestras fuentes y aportar una mirada judía al tema de la Eutanasia. 

En los 10 mandamientos, en el libro del Éxodo está escrito:

Éxodo 20:1: No matarás. No Robarás.

El texto a primera vista es bastante claro, prohíbe matar sin distinción de subjetividades o casos particulares. Podríamos preguntarnos ¿qué sucede en una guerra, tampoco matamos? ¿se puede matar en caso de defensa propia? 

Veamos algunas explicaciones de los exegetas clásicos:

Rashi 20:13: No robarás, el texto se refiere al  robo de almas. En Levítico se refiere al robo de dinero. A la Mitzvá No matarás, le corresponde la pena de Mitat Beit Din (muerte luego de un juicio realizado por seres humanos).

Rashbam: No matarás, se refiere a todo asesinato, matar gratuitamente. Al asesino le corresponde morir, y también a su descendencia, cuando el asesino lo hace con conocimiento, pero si lo hace sin conocimiento, patur, está exento.  

Ante todo, Rashi nos sorprende y no habla de no matar, sino del no robarás y a éste lo define como el robo de almas, no el robo de cosas materiales. Robar un alma es similar en el derecho actual a un secuestro.

Rashbam es más claro, se refiere a matar gratuitamente y de esta manera reconoce que hay casos donde matar está permitido, si bien no los define. Al asesino le corresponde morir y a su descendencia también, esto no significa que se mata y castiga a los hijos del asesino también, sino más bien que al matar al asesino, cortamos su descendencia, él ya no tendrá más hijos.

Ibn Ezra: Con tus manos o con tus palabras, atestiguando en falso para matarlo, o realizando lashon ha rá (hablando mal de él, difamándolo), o dándole un mal consejo a propósito, u ocultándole un secreto que puede salvarlo de la muerte, y si no le descubres el secreto, eres como un asesino. No matarás se refiere específicamente a un ser humano, que no cortes una vida y no permitas que complete su vida sin aún comprender para qué fue creado. 

Ibn Ezra amplía el espectro de los medios con los que se puede matar. Un análisis interesante teniendo en cuenta que él vivió hace 1.500 años aproximadamente. Además, nos da un sentido moral al significado de la prohibición “No matarás”, para que “no cortes una vida y no permitas que complete su vida sin aún comprender para qué fue creado.” 

Otro versículo de la Torá nos dice: (Vaikrá 19:17)  “No te pondrás contra la sangre de tu prójimo”. Explica Rashi: No te pondrás tú contra su sangre, sino que debes salvarlo.

Rambam: El que ve a una persona persiguiendo a otra (rodef) para matarlo, y puede salvarlo, y no lo hace, trasgrede una Mitzvá asé.

Kitzur Shulján Aruj: El que ve a una persona que por misericordia merece ser salvada, y puede él mismo salvarlo, o pagar a otros para salvarlo, debe hacerlo. Y si no lo hace transgrede la Mitzvá: No te pares frente a la sangre de tu prójimo. El que salva una vida de Israel es como si salvara a todo el mundo. 

En este punto, sólo voy a plantear unas preguntas ¿qué significa salvar una persona? ¿Salvarlo a toda costa, aún cuando el porcentaje de éxito sea nulo? Por misericordia debe ser salvada, ¿puede significar esa salvación la muerte digna y no la vida agonizando? 

Respecto a la obligación de salvar una vida encontramos las siguientes fuentes:

Levítico 18: Cuidarás todas las leyes y juicios y vivirás en ellos.

Ralbag: La Torá dice: vivas en ellas y no mueras en ellas o por ellas.

Las mitzvot fueron dadas para que los seres humanos vivan y las cumplan y no para que mueran por ellas. Por ello Pikuaj Nefesh, ley que permite transgredir las mitzvot (incluso el Shabat) para salvar una vida. Esto nos enseña que si para el cumplimiento de una Mitzvá hay peligro de perder una vida, hay que transgredir esa Mitzvá y no morir por ella. Sólo por tres Mitzvot debe el hombre dejar su alma, preferir la muerte y no trasgredirlas: Idolatría, Incesto, Asesinato. Incluso enfatiza el Shulján Aruj: “En donde exista pikuaj nefesh, no se complica a la persona a priori a revisar la halajá, debe actuar en cuanto se necesite.”

La historia de Shaul:

Shmuel 1 en el último capítulo

Siguiendo los Filisteos a Saúl y a sus hijos, mataron a Jonatán, y a Abinadab, y a Malquisúa, hijos de Saúl. Y se agravó la batalla sobre Saúl, y le alcanzaron los flecheros, fue herido; y tuvo gran temor de los flecheros.

Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y pásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos, y me pasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su espada, y se echó sobre ella.
Y viendo su escudero a Saúl muerto, él también se echó sobre su espada, y murió con él. Así murió Saúl y sus tres hijos, y su escudero, y todos sus varones juntamente en aquel día. Y tomando sus huesos, los sepultaron debajo de un árbol en Jabes, y ayunaron siete días. 

Shmuel II, el primer capítulo

Y aconteció después de la muerte de Saúl, que volvió David, al tercer día aconteció, que vino uno del campamento de Saúl, rotos sus vestidos, y tierra sobre su cabeza; y llegando a David, se postró en tierra. Y le preguntó David: ¿De dónde vienes? Y él respondió: He escapado del campamento de Israel. Y David le dijo: ¿Qué ha acontecido? Te ruego que me lo digas. Y él respondió: El pueblo huyó de la batalla, y también muchos del pueblo cayeron y son muertos; también Saúl y Jonatán su hijo murieron. Y dijo David a aquel joven que le daba las nuevas: ¿Cómo sabes que Saúl es muerto, y Jonatán su hijo? Y el joven que le daba las nuevas respondió: Casualmente vine al monte de Gilboa, y hallé a Saúl que estaba recostado sobre su lanza, y venían tras él carros y gente de a caballo. Y cuando él miró atrás, me vio y me llamó; y yo dije: Heme aquí. Y él me dijo: ¿Quién eres tú? Y yo le respondí: Soy Amalecita. Y él me volvió a decir: Yo te ruego que te pongas sobre mí, y me mates, porque me toman angustias, y aún toda mi alma está en mí. Yo entonces me puse sobre él, y lo maté, porque sabía que no podía vivir después de su caída; y tomé la diadema que tenía en su cabeza, y la ajorca que traía en su brazo, y las he traído acá a mi señor. Entonces David trabando de sus vestidos, los rompió; y lo mismo hicieron los hombres que estaban con él. Y lloraron y lamentaron, y ayunaron hasta la tarde, por Saúl y por Jonatán su hijo, y por el pueblo del SEÑOR, y por la casa de Israel; porque habían caído a cuchillo. Y David dijo a aquel joven que le había traído las nuevas: ¿De dónde eres tú? Y él respondió: Yo soy hijo de un extranjero, Amalecita.
Y le dijo David: ¿Cómo no tuviste temor de extender tu mano para matar al ungido del SEÑOR? Entonces llamó David a uno de los jóvenes, y le dijo: Llega, y mátalo. Y él lo hirió, y murió.

¿Es Shaul el primer caso de Eutanasia? 

Shulján Aruj: Leyes del Agonizante. Iore Dea.  

El agonizante es como una persona viva para todo, no se atan sus cachetes, no se lo envuelve en mortaja, no se lo lava con el lavado ritual, no se cierra sus agujeros, no se lo pone en la tierra. No se trae el ataúd a su casa. No se arriendan para él flautas ni lloronas. No se cierran sus ojos hasta que salga su alma.

Ramah: algunos opinan que no se cava su tumba, hasta después de su muerte.

Está prohibido provocar más rápido su muerte, como por ejemplo aquel que está agonizando hace mucho tiempo y no logra separarse de su alma. Está prohibido correr su almohada, y su manta, no se lo debe mover de su lugar.

No se puede poner llaves de la sinagoga bajo su cabeza, para que su alma salga más rápido. Pero, si hay allí algo que provoca el retraso de la salida de su alma, como por ejemplo que cerca de su casa hay una voz que golpea, como por ejemplo un hachero hachando un árbol, o que hay sal bajo su lengua, y esto provoca el retraso de la salida del alma, se los puede sacar de allí, ya que esto no se considera una acción.  

El Shulján Aruj, escrito cerca del año 1.500 por Rabeinu Iosef Karo horo iahir, nos deja en claro dos cosas: una que no podemos realizar una acción y, agrego yo, positiva, para que el alma de un agonizante salga más rápido. (ver nuevamente la definición de eutanasia activa). En el año 1.500 claramente se veía como una acción activa poner las llaves de la sinagoga bajo su cabeza, hoy en día podríamos equipararlo a inyectar algo al paciente para que así éste muera.

Segundo: No es una Acción sacar la sal bajo su lengua si esto provoca el retraso de la salida del alma, por lo tanto, retirar algo que provoca la muerte nos pone frente a un caso de eutanasia pasiva, ya que no es considerado acción. (ver nuevamente la definición de eutanasia pasiva). Creo que el ejemplo es claro y fácil de llevar a nuestra actualidad.

Sin embargo, entiendo que la aceptación de esta postura implica un compromiso moral y dentro de las diferentes corrientes del judaísmo hay discrepancia en estos casos.  

Continúa el Shulján Aruj:

No se puede dejar a una persona agonizante sola, para que no muera en soledad.

Se pide por el alma de la persona, se pide misericordia.

No debe prolongarse la vida de un paciente irreversiblemente sufriente.

Se acostumbra a cambiarle el nombre, porque cambia esto el juicio divino. 

La halajá no nos obliga a prolongar la vida de un paciente irreversiblemente sufriente, por lo tanto no debemos indiscriminadamente hacer todo lo posible por prolongar la vida de una persona que está sufriendo, que vive en la agonía del dolor, y que su voluntad es tener una muerte digna, como también una vida digna. Una vez más, no estamos hablando de tomar una acción activa, pero sí aprender a dejar morir. 

 

Historia de Rabah   

         Cuando Rabah estaba en su lecho de muerte, vinieron sus alumnos a rezar por él. Comenzaron sus rezos y el Rav agonizaba. Vino la esposa de Rabah y les preguntó: ¿qué hacen? Ellos le respondieron: - rezamos por él. Ella les pidió: entonces pidan misericordia por él. Los alumnos continuaron sus rezos y el Rav agonizaba. Entonces la esposa de Rabah subió al techo de la casa, y botó un jarrón. Al escuchar el estallido del jarrón en el piso, los alumnos sorprendidos interrumpieron sus rezos. En ese instante Rabah murió. 

Este caso, extraído del Talmud, nos permite reflexionar sobre la Tefilá y sus alcances, rezar por una persona, pedir misericordia por una persona, no necesariamente es para prolongarle la vida, como la esposa de Rabah lo entendió, en este caso rezar por su marido y el gran maestro era rezar con misericordia, para que acabe su sufrimiento y tenga una muerte digna. Cuando los alumnos dejaron de ser egoístas, y sólo pedir que Rabah se quede un poco más en este mundo, en ese instante que dejaron de hacer algo, finalmente Rabah pudo morir en paz. 

Como conclusión: Toda forma de eutanasia activa está estrictamente prohibida para la religión judía, y condenada como  asesinato. Al mismo tiempo la halajá condena todo factor, ya sea extraño al paciente o propio, que pudiere artificialmente retardar el deceso.

 

La vida del hombre es la máxima manifestación de D´s en su Creación.

Simplemente merece nuestra admiración, respeto y estudio.