Conversos en Duelo por el Fallecimiento de Parientes Cercanos

Una Responsa del Comité sobre Ley Judía y 
Estándares del Movimiento Conservador


Por Rabino Joel Rembaum. (Templo Beth Am, Los Angeles)
Traducción:
Isabel Mardones Rosa.

 

Este texto fue inicialmente publicado en la columna "Hateshuvah" de la revista JTS Magazine, en su edición de primavera de 1999. Este y otros números de la revista pueden ser leídos online en http://www.jtsa.edu/pubs/jtsmag

Nota del editor: por razones de espacio, no pudimos imprimir la teshuvah entera. Se ha omitido parte del material técnico halájico que provee la infraestructura legal para el argumento.

El Comité sobre Ley Judía y Estándares del Movimiento Conservador opera como comité de la Asamblea Rabínica para responder a las cuestiones halájicas concernientes al movimiento Conservador. Sus miembros son elegidos por la Asamblea Rabínica, JTS y la Sinagoga Unida del Judaísmo Conservador.


She'elah

¿De qué manera deben los conversos al Judaísmo llevar el duelo por
el fallecimiento de sus parientes cercanos que no son judíos?
(1)

Teshuvah

Introducción

En años recientes, las comunidades judías han bienvenido en su seno a un número creciente de gerim (conversos al judaísmo). Dadas las tendencias demográficas de los judíos norteamericanos, existen todas las razones y fundamentos para asumir que este proceso continuará en el futuro cercano.
Dentro de las cuestiones halájicas que surgen existen una serie de preguntas acerca de la relación entre un judío por opción y su familia natural, la cual no es judía. En siglos pasados, este problema era marginal cuando mucho. La comunidad judía estaba separada física, emocional y espiritualmente del mundo gentil.


Relaciones entre los Gerim y sus Parientes No Judíos

A pesar de que resultaban muy inusuales, las relaciones entre los gerim y sus familias no judías han sido discutidas en las fuentes halájicas por muchos siglos (2). Desde uno de los puntos de vista halájicos, los gerim no deben tener ningún lazo legal ni obligaciones con sus padres gentiles porque, de acuerdo a la tradición talmúdica, ger she-nitgayer k'katan she-nolad damei (un prosélito que se ha convertido es como un infante recién nacido) (3). Esto significa que es como si los gerim fuesen creados de nuevo a partir de su conversión, y todos los vínculos con sus padres naturales han sido cortados o disueltos. Las discusiones del Talmud giran en torno a preguntas como: ¿puede un ger casarse con parientes cercanos no judíos sin violar la prohibición contra el incesto? ¿Pueden los gerim ser testigos en casos que involucran a sus parientes no judíos? ¿Acaso cumple un ger con el mandato de "sed fructíferos y multiplicaos" a través de hijos nacidos antes de su conversión? Como ha señalado Rabbi Etan Shikli (4), la tendencia predominante en estos casos es la de dejar de lado el principio de ger she-nitgayer a fin de mitigar las circunstancias que demandan otras consideraciones éticas o racionales.

Gerim y el Duelo por Parientes No Judíos

Las opiniones halájicas acerca de los gerim y su duelo por padres no judíos han evolucionado a través del tiempo. El Talmud no se refiere a este tema. Pero, en el caso de una mujer que se convirtió junto a sus dos hijos, el Shuljan Aruj decreta -basado en una discusión talmúdica del Talmud Babilónico Yevamot 97b- que "cuando uno se convierte junto con sus hijos... ellos no llevan duelo el uno por el otro" (5). Como indica la Talmudic Encyclopedia (6) , la razón para ello es ger she-nitgayer. De esto se puede concluir a forteriori que un ger no debería realizar duelo por un padre o madre no judío.
Sin embargo, Rabbi Moses Isserles concluye en una discusión subsecuente referida a personas en duelo: "si una persona es estricta consigo misma y está en duelo por un fallecido por el que no está obligado a observar el duelo... no se lo impedimos" (8). Si siguiéramos este enfoque, pediríamos al ger que no realice los procedimientos de duelo tradicionales judíos, pero lo aprobaríamos si es que el ger fuese firme e inflexible, e insistiera en seguirlos.
Abordando el tema desde una perspectiva diferente, otras autoridades han sido más abiertas para aceptar que un ger guarde duelo por un padre o madre no judío dentro del modo tradicional judío. Rabbi Aharon Walkin determinó que a menos que los gerim digan, "hemos venido de un nivel superior de santidad a un nivel inferior de santidad", están obligados a honrar a sus padres, y, a menos que pueda ser visto como una forma de restarle valor a sus padres después de la muerte, puede que estén obligados a decir Kaddish por ellos (9).
Como ha notado Rabbi Jack Simcha Cohen, Rabbi Walkin se refiere también a las razones por las cuales un ger no debe recitar el Kaddish: es una expresión de dolor únicamente judía, que debe ser dicha por judíos para judíos; además, pretende elevar el alma del fallecido más allá del dolor para llegar a un nivel mayor de deleite, y puede caber la pregunta si es que un alma no judía avala tal bendición. Rabbi Walkin presenta la posibilidad de que sea más apropiado si un ger recita salmos en honor de un padre o madre gentil. Rabbi Cohen concluye que mientras Rabbi Walkin no lo considera mandatorio, es claro que él apoyaría el hecho que un ger definitivamente sí recite Kaddish por su padre o madre no judío (10). Rabbi Ovadiah Yosef sostiene la misma opinión e indica que es apropiado ver el Kaddish como una forma de elevar el alma del fallecido padre o madre no judíos a un nivel superior de deleite (11). Rabbi Isaac Klein ha dictaminado de una forma similar, agregando que algunas autoridades consideran al ger obligado a decir Kaddish. Concluye: "Hoy, cuando los lazos de amor con la familia no son cortados, ciertamente no pueden haber objeciones" (12).
Rabbi Maurice Lamm ha discutido más ampliamente el tema de los gerim, si es que deben o no incorporar el amplio espectro de las prácticas de duelo judías cuando pierden a sus padres no judíos, y su opinión ha variado a través del tiempo. En su libro El Camino Judío en la Muerte y el Duelo (The Jewish Way in Death and Mourning), Rabbi Lamm escribe que los gerim no tienen obligación de llevar el duelo por sus padres no judíos "en la forma judía prescrita". Mientras se espera que los gerim muestren respeto por sus padres, están separados de ellos desde el punto de vista religioso. Sostiene que el dolor debe ser expresado de una "forma judía". A pesar de que permite la posibilidad que un ger pueda decir Kaddish, haciendo eco de lo que dice Rabbi Walkin, él sugiere que sería preferible que se recite un salmo o se estudie un trozo de la Torá en honor del padre gentil fallecido. "La decisión acerca de una u otra cosa está en manos del doliente". En este libro, Rabbi Lamm cree que se debería hacer la distinción entre un judío y un no judío. De la misma forma, explica que no se debería observar una shivá completa como se haría con un padre judío - ya que algunos podrían concluir que el padre sí era judío. "El judío converso no debería sentir que sus sentimientos de dolor deban ser restringidos por esta diferencia religiosa. Sólo está en discusión lo que se refiere a la observancia religiosa. De hecho, aquellos dolientes que son conversos deben recibir especiales muestras de afecto durante este periodo" (13).
Pero se puede observar un giro decisivo en los extractos del libro más reciente de Rabbi Lamm, Convirtiéndose en Judío (Becoming a Jew): "Debe enfatizarse que las prácticas de duelo deben ser las de observancia judía y no las de la religión previa del converso. No sólo es importante el respeto por los padres, sino también el auto-respeto para expresar los sentimientos del doliente de una forma que resulte más apropiada de acuerdo a su modo de vida y su filosofía. El converso puede realizar todo el duelo de la misma forma que lo hacen los judíos de nacimiento por sus padres. Pueden ser una de las personas que porte el ataúd, pueden enterrar a sus muertos en su cementerio, llenar sus tumbas y observar los periodos de duelo de siete días (shivah) y de treinta días (sheloshim). Algunas autoridades, sin embargo, dicen que la observancia completa de shivah y de sheloshim y del periodo completo de doce meses no resulta apropiada.
Respecto de la cuestión acerca de si un doliente judío debiera recitar Kaddish por padres gentiles, el ex Rabino Jefe Sefaradí Ovadiah Yosef urge a los conversos a que procedan así. Si es que, de hecho, cualquier otro rabino establecería la misma regla resulta cuestionable. Pero no existe duda de que si el doliente desea recitar el Kaddish, debe animársele a que lo haga" (14).
Como hemos visto, incluso en periodos anteriores cuando usualmente se cortaban las relaciones entre los gerim y sus padres naturales, las autoridades rabínicas sí dejaron de lado el principio de ger she-nitgayer bajo circunstancias especiales. Hoy, cuando la norma es que el ger es que mantiene los lazos con sus padres gentiles, cuánto más debería dejarse de lado este principio. El hijo ama y respeta a sus padres tanto como lo hizo antes de su conversión. Como consecuencia, el ger necesita un método para manejar su dolor. Ahora que es judío, él o ella debe ser dirigido a vivir por todo el espectro de la forma tradicional judía de duelo. Hacer menos sería privar al ger de una poderosa herramienta para superar su pérdida y podría sugerir que otras formas de duelo alternativas serían válidas, incluidos las prácticas de suelo de la religión del fallecido. Todo esto confundiría a la persona cuya identidad judía está en evolución y disminuiría el significado del judaísmo a los ojos del ger y su familia judía.
Respecto a este último punto, consideremos las palabras de un ger que perdió su padre no judío mientras ella estudiaba en el seminario rabínico: "Ahora [al momento de la muerte de su padre] era el momento para que la Halajá hiciera lo que fé episcopal no había sido capaz de hacer. Pero-no está a tu alcance como conversa! Me sentí traicionada - todo es reshut y eso no me ayuda. Tuve que crear mi propio ritual. No estaba obligada a llevar el duelo, de modo que no pude pedirle a la gente que me ayudara si realmente no querían hacerlo. La comunidad no responde a tu obligación porque no tienes una obligación. Y no sientes que tengas el derecho a pedirlo sobre la base de reshut. No recibí mucho apoyo del rabino de mi Shul ni de mis compañeros de curso ni de la facultad. Era difícil encontrar un Minyan para decir Kaddish... Este es el momento en que uno tiende a volver a antiguos modos y rituales. Yo necesitaba ayuda para manejar eso. Los rabinos y la comunidad no se dieron cuenta de este problema, pero es una reacción normal en un doliente. La gente debería esperar que eso ocurra y estar conscientes de ello. La comunidad debe ayudar al converso especialmente a enfrentarse a esto" (15).
En un momento de crisis personal de la magnitud que tiene la muerte de un ser querido, el judaísmo debe estar presente en la vida de un ger en toda su capacidad de entregar consuelo, una estructura y una afirmación.

Un Caso Puntual

Un miembro de mi congregación, que se convirtió al judaísmo veinte años atrás, finalizó recientemente el año de duelo por su padre católico, con quien ella había mantenido una relación muy estrecha. Cuando murió el padre, me llamó y me preguntó, "¿qué hago?". Le dije, "eres judía. Tienes que realizar el duelo por tu padre de la forma en que lo prescribe el judaísmo". Fui inflexible y no le ofrecí alternativa. Le dije que me aseguraría de que hubiera un minyan para servicios de shivá en su casa y que me preocuparía de que fueran satisfechas todas sus necesidades de doliente. Ella tomó mi consejo muy en serio. En el funeral, que se realizó en un cementerio católico, se preocupó de que el ataúd fuese bajado a la fosa y que se colocara tierra encima de él. Esto no resultó ofensivo para su familia católica pero sí se desviaba de la norma de funerales católicos. Ella siguió la shivá, se realizó un servicio cada tarde en su casa y vino con regularidad a la sinagoga durante el año para decir Kaddish. Le resultaba claro que como judía debía manejar su dolor de una forma judía. En la última mañana de shivá, mientras hacíamos la caminata tradicional, me agradeció por urgirla a seguir con la tradición. Me dijo que esto había surtido efecto y que se sentía reconfortada. Su identidad judía había sido confirmada.
Ya que creo firmemente en el valor de llevar el duelo en el marco de la tradición judía, y en la obligación de cada judío, nacido o converso, de seguir esta tradición, esto me dio la fuerza moral de empujarla a ella y a mí para seguir el camino completo. Tanto ella como yo sentimos la fuerza del hiyyuv (obligación), y la comunidad también. Si es que esto simplemente hubiera sido una opción para ella, la comunidad y para mí, dudo mucho que hubiésemos conseguido los mismos resultados.

Circunstancias Especiales

Por cierto es que pueden surgir situaciones respecto de un ger que lleva duelo por un pariente no judío, que no afectarían a un judío de nacimiento si es que fallece uno de sus parientes judíos. En tales casos el rabino del ger, a modo de mara d'atra (autoridad halájica local) tendrá que evaluar la situación y establecer lo que estime acorde. Puede que haya que hacer ajustes en las prácticas tradicionales de duelo, pero siempre dentro del contexto de lo que es la estructura mandatoria del duelo. La tradición judía ya ha incluido algunos de estos ajustes. Por ejemplo, si una persona de recursos modestos tuviera pérdidas financieras si guardara el periodo completo de siete días de shivá, él o ella pueden ir a trabajar desde el tercer día (16).
Aquí hay algunos ejemplos de las preguntas más comunes que surgen respecto de circunstancias especiales y algunos de los ajustes recomendados que los rabinos pueden hacer a las prácticas tradicionales:

1. ¿Qué debe hacer un ger respecto de la preparación y la participación en un funeral no judío?

Si es que hay otros miembros de la familia no judía que están asumiendo la responsabilidad de arreglar el funeral, el ger no necesita ser involucrado. Si es que es apropiado, el ger puede pedir que el funeral no sea retrasado en demasía. El ger puede asistir al funeral y decir algunas palabras acerca del fallecido o hacer una lectura apropiada al momento (por ejemplo, un salmo). El ger no puede leer ninguna liturgia o texto que sea tomado de la literatura sagrada de otra confesión (por ejemplo, el "Padre Nuestro") o que exprese las creencias de otra fe, o contestar "Amén" a cualquier rezo no judío. De la misma forma, él o ella no pueden participar de manera personal en ningún ritual no judío (por ejemplo, recibir la comunión). Si el ger es el responsable de que se entierren los restos del fallecido, debe ver la forma de que se entierren de modo beneficioso a los ojos de la religión del fallecido. El ger puede ser portador del ataúd de su pariente. Como en el caso ya descrito, si el ger puede obtener la aprobación de la familia para que se baje el ataúd a la fosa y sea enterrado, debe hacerse de esa forma. Sin embargo, si la familia siente que definitivamente no debe ser realizado así, el ger no debe presionarlos.

2. ¿Cómo debería el ger observar la shivá si es que él o ella está alojando en casa de parientes no judíos?

El ger debería retornar a su propio hogar lo antes posible después del funeral para comenzar la observancia tradicional de la shivá. Si el ger se siente obligado a permanecer con sus parientes por un lapso después del funeral (para quedarse con un padre o una madre en duelo, por ejemplo), él o ella debieran quedarse en la casa y observar todos los aspectos personales de la shivá (no bañarse, no usar zapatos de cuero, no ver televisión, etc.). Si es que existe una comunidad judía cercana y si esto no ofende a los restantes miembros de la familia, el ger debería tratar de conseguir un minyan en la casa. Si esto no resulta posible, el ger debería asistir a los servicios en una sinagoga, para que sea recitado el Kaddish.

Resumen

Hemos visto que el principio ger she-nitgayer k'katan she-nolad damei frecuentemente fue dejado de lado en discusiones talmúdicas respecto de la relación de los gerim con sus parientes no judíos. También hemos visto que existen autoridades halájicas que consideran apropiado -o incluso mandatorio- recitar el Kaddish para un ger que se encuentra en duelo por la muerte de un padre o madre no judíos. Considerando estos puntos, y las opiniones más recientes del Rabbi Maurice Lamm acerca del duelo de los gerim por parientes gentiles, la respuesta a la pregunta, "¿Cómo debieran los conversos al judaísmo realizar el duelo por parientes que no son judíos?", debería ser la siguiente: los conversos al judaísmo están obligados (nota del traductor: are required) a seguir las prácticas de duelo regulares cuando estén en duelo por la muerte de padres y parientes cercanos no judíos, de la misma manera que lo hacen los judíos de nacimiento por miembros judíos de su familia. Hacer menos sería negar a los gerim el beneficio completo de la estructura en los procedimientos del duelo judío y dejaría a los conversos con la sensación de que el judaísmo establece un doble estándar al evaluar los sentimientos de dolor de la gente. Hacer menos impulsaría a los gerim a complementar sus ritos de duelo con costumbres derivadas de otras tradiciones religiosas. Ver a los gerim que practican rituales de duelo modificados reforzaría la tendencia en los judíos de nacimiento a realizar menos de lo que es requerido dentro del duelo de sus parientes judíos y la inclinación en ciertos judíos a ver a los gerim como si no fueran plenamente judíos. Los gerim sí son plenamente judíos, y como judíos deberían expresar y manejar su dolor de forma plena y completamente judía, sin importar las creencias religiosas del fallecido. De esta manera los gerim sabrán que el judaísmo les provee de los medios para demostrar la honra por sus seres queridos y les ha provisto de un vehículo para encontrar consuelo y un refuerzo de parte de su comunidad, sus amigos, su familia y D'os.

Conclusión

Los conversos al judaísmo están obligados (are required) a seguir las prácticas tradicionales judías de duelo cuando están de duelo por la muerte de padres o parientes cercanos no judíos. Si es que existen circunstancias especiales, debe ser consultado un rabino, a fin de que se puedan realizar los ajustes apropiados a estas prácticas.


Notas:

1). Muchas gracias a Rabbi David Golinkin por sus referencias a fuentes y, especialmente, por llamar mi atención sobre el paper de Rabbi Ethan Shikli, citado más abajo en la nota 2.
2). Para una revisión de varias opiniones halájicas respecto de la relación de los conversos con su familia no judía, ver el paper no publicado de Rabbi Ethan Shikli en respueta a la pregunta: "Desde la perspectiva de la halajá, puede una mujer devota judía pedirle a su futuro marido, que es un converso, que corte todos los lazos con su familia gentil, o están aún obligado a honrar a sus padres y es esta obligación contraria a la halajá?" (Hebreo), presentado a Rabbi David Golinkin en Jerusalén, 1 Adar, 5751.
3). Talmud Babilónico Yevamot 22a, 48b, 62a, 97b; Bekhorot 47a.
4). Shikli, 5-10.
5). Shulhan Arukh, Yoreh De'ah, 374:5; y ver Be'ur Ha-gr'a, ad. loc., número 6.
6). Talmudic Encyclopedia, 6:26I.
7). Shulhan Arukh, Yoreh De'ah, 374:6
8). Ver Hayyim Binyamin Goldberg, P'nei Berukh-Aveilut Ba-halakhah (Jerusalén, 1986), 102, 105; ver también Talmudic Encyclopedia, 6:26I.
9). Aharon Walkin, Zekan Aharon, Mahadurah T'nina (New York: Gilead, 1951), Yoreh De'ah, número 87; y ver nota 6 mencionada arriba.
10). J. Simcha Cohen, Timely Jewish Questions, Timeless Rabinic Answers (Northvale, New Jersey: Jason Aronson, 1991), 5-8.
11). Ovadiah Yosef, Sefer Sh'eilot U-t'shuvot Yehaveh Da'at (Jerusalén, 1983), número 60, 301-7.
12). Isaac Klein, Responsa and Halakhic Studies (New York: Ktav, 1975), 122: A Guide to Jewish Religious Practice, 448.
13). Maurice Lamm, The Jewish Way in Death and Mourning (New York: Jonathan David, 1969), 82-3.
14). Maurice Lamm, Becoming a Jew (Middle Village, New York: Jonathan David, 1991), 249-50.
15). Marion Shulevitz, "Straining the Seams: the Impact of Death and Mourning on Converts, Intermarried Couples and Their Children", Conservative Judaism, 43, número 4 (verano 1991), 58-9.
16). Klein, Guide, 288-9.

 

Copywrite © 1998-1999 Jewish Theological Seminary.

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