Resumen Semanal de la Parashá

Balak, rey de Moab, atemorizado por la presencia del pueblo hebreo, contrata a un brujo, Bilam, para que los maldiga.
En un sueño, D's le advierte a Bilam dos veces que Su pueblo está bendito y que no podrá ser maldecido, aunque en la segunda oportunidad le permite ir a condición de que diga solamente lo que El le indique. Tras un confuso episodio con su burra, donde el animal habla demostrando mayor sensibilidad que su amo, Bilam se presenta ante Balak e intenta maldecir al pueblo de Israel tres veces, mas sólo logra proferir bendiciones. La más conocida de ellas es el "Ma Tovú" que recitamos al ingresar a las sinagogas.
Episodio de Baal Pehor, donde el pueblo se prostituye frente a las mujeres de Moab. Pinjás toma una lanza y atraviesa con ella a una pareja que estaba realizando un acto sexual frente a Moshé y la congregación, sin que nadie hiciera nada.

Mensajes para la vida

Bilam representa quizás a muchos no judíos que ven desde afuera, al pueblo judío. Y muchas veces han dicho verlo culto, unido, generoso, solidario y comprometido.
Pero, ¿cómo lo vemos nosotros desde adentro hoy?

¿Somos tan cultos?
Si lo medimos en término de cantidad de profesionales universitarios, tal vez sí. Pero si la medida es el "Alef Bet", el alfabeto hebreo, estamos entre los pueblos con el más alto porcentaje de analfabetismo.

¿Somos tan unidos como se ve de afuera?
Si lo medimos en tiempos de guerra puede ser. Pero ni bien termina el conflicto aparecen roces entre Ashkenazim, Sefaradim, Iekes, Poilishes y Húngaros; Religiosos ultraortodoxos, laicos y ultralaicos, conservadores y reformistas, etc. Somos como una guerra sin llegar a las armas.

¿Somos tan generosos y solidarios?
Si lo medimos en situaciones puntuales y extremas, casi sí. Pero pasado ese memento la generosidad, salvo excepciones, se esfuma y entonces "que las instituciones se arreglen solas", y "que las escuelas se arreglen solas", o "vayan a pedirle a otro, ¿por qué yo?"

¿Somos tan comprometidos?
Salvo una minoría que participa de los asuntos comunitarios, la verdad es que cada vez más gente abandona el judaísmo y su herencia milenaria por desconocimiento o abierto desinterés.

Quizás es tiempo de reflexionar sobre la necesidad de valorar lo que tenemos y darle un nuevo sentido al pertenecer a este pueblo maravilloso que es el pueblo de Israel. Es tiempo de ser cultos, unidos, generosos, solidarios y comprometidos. Que esa imagen que tiene el observador casual de nuestro pueblo sea una imagen real que nos identifique y nos llene de orgullo.

Es tiempo de aumentar nuestra cultura. Pero eso no significa viajar a Estados Unidos para sacar una magister, un BA, etc. sino que aumentemos nuestra cultura judía estudiando Torá y la historia de nuestro pueblo.

Es tiempo de unidad de nuestro pueblo. Porque parece ser que hoy día estamos tan divididos que ya ni siquiera los conflictos con otros pueblo logran unirnos. Hasta cuando vamos a seguir discriminando y descalificando al que piensa distinto, al que enfoca a su judaísmo desde otra perspectiva. Hasta cuando la soberbia nos va a seguir dividiendo. Es tiempo de volver a ser unidos, pues eso garantiza nuestra continuidad.

Es tiempo de generosidad y solidaridad. Y viene a mi mente la máxima de Hilel, que decía: "Si no estoy para mí ¿quién lo estará?", pero inmediatamente después decía: "Si estoy solamente para mí ¿qué valgo?" Estamos viviendo tiempos en los que el individualismo y el egoísmo no tienen límites, y nos transformamos en personas sin valor. Es tiempo de aprender a mirar para el lado y ver las necesidades de nuestro prójimo.

Es tiempo de comprometernos más con nuestras instituciones. Con nuestras comunidades, con nuestro colegio. Y no solamente nosotros, sino incorporar también a nuestras familias. Solamente si somos capaces de involucrarnos en el presente de nuestro pueblo, lograremos garantizar el futuro.

Mis amigos, de nosotros depende que esa imagen que tradicionalmente ha existido de nuestro pueblo, sea una realidad hoy.

Shabat Shalom
(Basado en una prédica del Rabino Eduardo Waingortin)