La Parashá de esta
semana comienza con Moshé diciendo en nombre de D´s a la nueva
generación que irá a asentarse en la Tierra Prometida: "Reé anojí
notén lifneijem haiom brajá uk’lalá", es decir, "Mira que
pongo delante de vosotros hoy la bendición y la maldición" (Deut.11:26).
Podemos notar que se nos
dice muchas cosas en este versículo: Se nos pide mirar, se pone ante
nosotros, todo ocurre el día de hoy, tenemos bendición y tenemos
maldición.
Mirar.
¿Por qué mirar?, nuestros sabios dicen que el escuchar no puede
compararse con el mirar. Cuando uno escucha algo puede no creer lo que
escucha, por el motivo que sea, puede dudar de lo escuchado. Por otro
lado el mirar es absoluto; a veces decimos "no puedo creer lo que
ven mis ojos" pero ello no significa que creamos que lo que
nuestros ojos ven está errado sino que más bien "si no lo hubiera
visto con mis ojos, no lo habría creído". Mirar significa abrir
nuestros ojos a lo absoluto.
Decidir. "Yo
pongo ante vosotros": es decir, no es algo impuesto, no es algo que
se debe seguir por que sí. Es una decisión que Uds. deben tomar, es
una manifestación más de nuestra condición de seres humanos
poseedores del libre albedrío. Para bien y para mal, nosotros
escogemos. ¡Cuántas veces no hemos estado ante esta disyuntiva! Yo
debo tomar una decisión, y por cierto, ¡es tan difícil (o tan fácil)
tomar una decisión!. Un amigo mío, ingeniero de profesión, siempre me
recalca: "Debes tomar la mejor decisión en el momento preciso,
disponiendo de toda la información que puedas en dicho momento, sí
escoges así, luego no podrás arrepentirte pues es la mejor decisión
que podías tomar considerando la información que tenías en ese
momento". Y D’s nos proporciona en este momento toda la información
necesaria para tomar esa mejor decisión.
Hoy.
Como decía Pirandello en su obra teatral más lograda: "Seis
personajes en busca de un autor", la obra literaria implica para el
personaje el "congelarse" en el tiempo, ser solo aquella parte
de su personalidad que el autor plasmó en la obra. En el caso que
comentamos, "este día" significa todos y cada uno de nuestros
días, único, distinto, propio, irrepetible. Un constante desafío, una
constante oportunidad. Cada día que D’s nos concede, y que
agradecemos en la Tefilá matutina, nos permite rehacer el camino, nos
permite mirar, nos permite decidir sobre las opciones que nos interrogan
cada día. La moda de lo nuevo nos rodea por todas partes: es la
diferencia entre un producto de mercado y su competencia, es la
diferencia entre un show de la televisión y otro, es la diferencia
entre una autoridad y otra, es la diferencia entre un estilo de gobierno
y otro. Pero lo nuevo en realidad es lo que sentimos en el corazón,
sobre nuestro corazón, como Arón quién enfrentó cada día de su
sacerdocio con humildad, con sentimiento, con el nerviosismo de lo nuevo
reencontrado en lo rutinario.
Consecuencias.
Bendición y maldición, están allí, esperándote. Si no procedes como
D's quiere, si te apartas de Su camino, ese será camino de maldición,
no porque El te castigará sino porque es la consecuencia que se deriva
de tu acción. Como al día sigue la noche así si tú procedes acorde a
la Torá obtendrás bendición y si no lo haces, así tu vida será de
infortunio, será una maldición. Recuerda, eso sí, que cada día
tienes ante ti la posibilidad de enmendar, de mirar con el corazón y
con esa mirada nueva hallar bendición para ti, tu familia, tu
comunidad, y con tu ejemplo, la humanidad toda.