|
Aun
cuando en español Bemidbar significa 'En el Desierto; en castellano este
cuarto libro es conocido por el nombre de 'Números'. La razón de este nombre
tiene mucho que ver con el inicio de nuestra. parasha. Di-s pide a Moshé
emprender un censo entre los hijos de Israel y establecer la cantidad de
varones aptos para la guerra ante el inminente ingreso a la Tierra
Prometida.
Nadie los estaría esperando allí con flores, ni con cantos de bienvenida.
Una cruel guerra los estaría aguardando, y era imprescindible saber cuántos
hombres habrían de participar en dicha contienda.
Pero este censo era más que un simple registro de presentismo. RaSHI nos
dice al respecto que 'Heviu Sifrei Jezkat Leidatam .Además de ser contados,
RaSHI nos dice que cada uno trajo por escrito su filiación y testigos de su
nacimiento
(RaSHI a BeMidbar 18).
¿No bastaba acaso con contar a los soldados? ¿Para qué era necesario saber
de que clase de familia venían?
El célebre Rabino Shimshon Rafael Hirsch responde a estas preguntas:
Al elegir soldados --nos dice- la gran mayoría de las naciones del mundo
prestan atención a la fuerza de los guerreros para que puedan matar a
cantidades de enemigos. En cambio la Torá nos enseña qué las cualidades
requeridas para los guerreros de Israel eran una familia acorde y una
ascendencia sin tacha...
' por qué? Porque existe el riesgo de que los guerreros utilicen
libertinamente sus espadas en el campo de batalla y derramen
innecesariamente sangres inocentes.
Por ello la Tora exige que los guerreros de Israel provengan de familias
destacadas para evitar derramar sangres inocentes a fin de alcanzar la
victoria sobre el enemigo.
Por ello, cuando en Israel un soldado cornete un atropello en la guerra, es
juzgado con rigor. Por-que. la Tora exige a sus soldados humanidad... nos
hace entender que aun cuando la guerra es Muchas Veces consecuancia
inevitable dé. una situación. insostenibile, aquellos que la hacen deben ser
hom-bres y no bestias.
Por estos tiempos, los ojos del múndo están nueva-mente sobre Israel y sus
soldados.
Pocas veces el mundo ha imaginado al pueblo de Israel empuñando armas., no
sido ese él estéreotipo aceptado. En sus infames arquetipo el judio ha sido
siempre frágil .pálido encorvado y sometido.
Tal vez por ello no comprendan cómo a la hora de la guerra y en lugar de
preguntarle al soldado por su crueldad y sangre fria tan solo le preguntemos
curiosos e intrigados por la reputacion de su papa.
Shabat shalom
Rabino Gustavo Surazski
Con
esta parshá comienza la lectura del cuarto libro de la Tora, Bamidbar, que
significa en el desierto.
Se describen en este libro una serie de mandamientos y estatutos que entregó
D’s por mano de Moshe a Bnei Israel.
Han pasado más de cuatro mil años de esta histórica escena y he aquí que yo
me encuentro ligado no solo a aquellos judíos sino fundamentalmente, a
aquellas leyes que serán mi guía desde hoy.
En el desierto es donde el pueblo aprendió a vivir unos con otros, aprendió
a organizarse, cada tribu bajo su bandera y escudo, con un lugar determinado
y con una función específica. El Mishkan se situaba en el centro, indicando
que D’s habita en el medio del pueblo, siempre que siga fiel a sus leyes.
En esta parshá D’s pide a Moshe y Aarón censar al pueblo de Israel; fueron
contados poco más de 600.000 hombres entre 20 y 60 años.
Nuestros jajamim dicen: IESH SHISHIM RIBO OTIOT LATORAH
Hay seiscientas letras en la Tora, cada judío representa una letra. El censo
realizado tenía como propósito unir las seiscientas mil letras vivientes de
la Tora, en una unidad sólida y única. Así como cada letra de la Tora es
indispensable cada judío lo es para construir la nación.
Al mismo tiempo, al contar uno a uno, D’s nos recalca que la misión de
perfeccionar al mundo “ LETAKEN OLAM” recae en cada uno de nosotros.
Todos tenemos una tarea individual, única y personal, tal como las letras de
la Tora permanecen separadas entre si.
La Parshá Bamidbar nos deja un claro mensaje: recibimos la Tora en el
desierto, de allí que nuestra riqueza no sea material, sino espiritual y es
precisamente esta riqueza espiritual la que nos ha permitido sobrevivir a
través de la historia. Debemos desarrollar no solamente la materia, la
ciencia y la tecnología sino el espíritu, nuestra continuidad y nuestra
memoria colectiva.
Weitzman decía ” SOMOS UN PUEBLO PEQUEÑO, PERO UN GRAN PUEBLO “
En 1948, Israel se levantó con 600.000 hombres vivientes, como aquellos
600.000 que fueron censados en el desierto. En ambos casos estaban carentes
de bienes materiales, levantaron la nación con su espíritu, su coraje y
valentía, su fe su visión y su luz interior.
Yo recibo hoy, esta antorcha ardiente, brillante y luminosa, recibo el
legado de mi pueblo: La Tora. Pido a D’s que pueda conducirme a través de
una vida ética y espiritual, enarbolando los pilares de la justicia y
libertad. Pido a D’s que pueda cumplir con mi propia tarea de “LETAKEN OLAM
BEMALJUT SHADAI” y así mantener el calor y la luz de nuestra antorcha judía.
SHABAT SHALOM
|