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| Uno de
los episodios más simples, pero a la vez más intrigantes de la Torá
probablemente, se encuentra en esta Parashá. Eisav, el hijo primogénito de
Itzjak, renuncia a su primogenitura, y con ello, a la herencia y bendición
paternas, a cambio de un plato de lentejas. El hecho de que Iaacov aparente chantajear a su hermano al querer quedarse con esa primogenitura queda salvado al profundizar en los comentarios, que nos explican que Eisav realmente era un corrupto, y Iaacov no era considerado primogénito, pero sí merecedor de la bendición. Pero a todo esto, resulta difícil entender que si la perversidad de Eisav era tan clara, ¿Cómo pudo ser posible que su padre Itzjak quisiera otorgarle la bendición a él en lugar de a Iaacov, que era un justo? ¿Sus preciosas bendiciones recaerían sobre alguien tan corrupto? Y una posible respuesta podemos encontrar en nuestro relato, donde leemos "Y quiso Itzjak a Eisav pues de su caza comía; y Rivká quería a Iaacov". Eisav no solo traía los animales que cazaba a Itzjak, sino a que engañaba y "cazaba" con su boca a su padre. Eisav es el símbolo de la falsedad y el engaño. Cuando analizamos aún más detenidamente, vemos que el comportamiento de Eisav al vender la primogenitura por un guiso de lentejas, se fundamentó en el mismo razonamiento en el que basaba su falsedad: observar todo en forma superficial. Y es por esto que quien busque llegar a recibir honores debe lograr una mayor profundidad en sus actos, para llegar a ser un poco más sinceros con los demás y, sobre todo, con nosotros mismos. Agradecemos en este Shabat la colaboración de Maxi Shalom. Mensajes Para la Vida (y para compartir en la mesa de Shabat) Shivim panim la Torá... "Como un martillo que golpea una piedra y la rompe en muchos pedazos, y cada uno conserva la esencia de la original con sus propios matices" (Rashi) Asi es la interpretacion de la Tora. La sección que nos corresponde estudiar esta semana recibe el nombre de Toldot. En esta parashá se nos relata principalmente sobre el nacimiento de los mellizos Eisav y Iaakov. Ya desde antes de su nacimiento, se nos informa sobre su convivencia dentro del seno materno a partir de los dolores padecidos por Rivká, esposa de Itzjak: "Le dijo D´s a ella: Dos pueblos hay en tu vientre, y dos naciones desde tus entrañas se bifurcarán; y una nación será más vigorosa que la otra" (25:23). Esta diferencia se manifestará también en la vida misma de los hermanos y estará reflejada en los diferentes cariños demostrados por sus padres: "Amó Itzjak a Eisav, pues había caza en su boca; mientras que Rivká amaba a Iaacov" (25:28). Si bien hay explicaciones de nuestros sabios quienes explican que Itzjak siendo ya anciano necesitaba que le trajeran la comida, como lo hacía Eisav "pues caza había en su boca", es decir que Eisav hablaba mucho de las presas que cazaba, otra forma en la que se pueden interpretar estas palabras es que debido a la ausencia en aquellas épocas de dentaduras postizas, la persona que perdía sus dientes, moría. Sin embargo parece ser que, al igual que siguen haciendo los esquimales incluso hoy en día, también en la tierra de Cnaan existía la costumbre de que fuera el primogénito quien masticase la comida para su padre y se la diera de comer en la boca para que este no muera. Volviendo a lo que respecta a los diferentes tipos de amor que están expresados en este versículo, uno de ellos, el de Itzjak, está fundamentado: se nos explica las razones por las cuales amaba más a uno de sus hijos "pues caza había en su boca". Sin embargo, al referirse al amor entre Rivká con Iahakov, no se nos da razón alguna. Nuestros sabios nos enseñan que una vez que la condición del amor desaparece, se esfuma también el amor, como sucedió con el amor de Itzjak, a diferencia del amor de Rivká, que era incondicional. Por otro lado, en esta parashá aparece otro momento que no puede pasar inadvertido: es el de la plegaria a D´s de nuestro segundo patriarca. En el principio de esta sección se nos cuenta que Rivká era estéril y que Itzják clamó a D´s para que los bendijera con hijos (en la porción de la semana que viene, veremos como también nuestro tercer patriarca medita en el campo; le reza a D´s). En este caso, el amor de Itzjak a D´s era sincero, por más que le estuviera pidiendo un favor (el de hacer fértil a su esposa), su amor a D´s no estaba fundado basado en la condición de que le diera hijos para que lo amen, como sucedió con el amor que le tuvo a su hijo. El amor de Itzjak hacia Eisav que no era en sí mismo, sino por ser un medio para (en este caso, el mantenerse con vida). Quiera D´s que nosotros podamos imitar el amor incondicional que tenía Itzjak hacia D´s y el que tenía Rivká hacia las personas: que no pensemos solo en lo que podemos obtener de la gente, que nos resulten un medio para conseguir otra cosa. Quiera D´s que aprendamos a amar al prójimo por el valor intrínseco que tiene al manifestarse como otra faceta de la imagen de D´s diferente de propia. Shabat Shalom Denise Blumenfeld (Comunidad Lehavat Ajim) |