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PARASHA
TAZRÍA – METZORÁ
En esta Parashá, la Torá nos enseña cómo debía actuar la mujer después de
dar a luz a un varón o a una niña, de acuerdo con las leyes de pureza e
impureza. Luego del nacimiento de un varón, la mujer era considerada impura
durante 33 días, y en caso de nacer una niña, durante 66 días. Luego de este
período, la mujer debía llevar a cabo una inmersión en la Mikve ( baño
ritual ) y ofrecer un sacrificio en el templo para luego reunirse con su
esposo. Las leyes de pureza e impureza se anularon hace casi dos mil años.
Las únicas leyes que quedaron del pasado son las de nidá y la inmersión en
la Mikve. Son prohibiciones impuestas a la pareja. Las relaciones sexuales
están vinculadas con la sagrada creación de la vida. La mujer no está sólo
para brindar placer al hombre. No debería ser tratada como un objeto que
sirve para satisfacer las necesidades del otro. Ambos miembros de la pareja
deben respetarse mutuamente para que la satisfacción sexual sea mutua. La
abstinencia de relaciones sexuales después del nacimiento y también durante
la época del flujo menstrual de la mujer, demuestra que los seres humanos
son capaces de dominar sus instintos. Ser humano en la vida sexual significa
subordinar el apetito sexual a la moral humana. Por eso la Torá no desea que
las relaciones familiares se basen en la explotación o en la violación, sino
en la igualdad. La persona que no puede reconocer el valor del prójimo en el
dormitorio, no podrá hacerlo en su vida diaria.
SHABAT SHALOM.
Exposición a la Santidad
Y al dia octavo, sera circuncidado la carne de su prepucio (Vaikra 12-3)
¿Por qué la mitzva del Brit Milá se cumple al día octavo y no al séptimo?
La respuesta la trae el Midrash (Mejiltá Shemot 31) cuando dice: ¡Cuán
importante es el Shabat, que el niño no es circuncidado sino luego de que un
Shabat pasa sobre él!.
El Brit Mila al día octavo asegura que ese niño sea elevado por un Shabat
antes de ingresar al pacto de Abraham.
Es una idea sumamente profunda la que nos ofrece el Midrash. Los valores
sagrados de nuestra Tradición nos dice tienen el poder de agregar un plus a
nuestra existencia.
Algo similar ocurre con las leyes respectivas a la escritura del Sofer.
Seguramente sabrán que los nombres de Di-s no pueden borrarse. Tomemos por
ejemplo el nombre Elo-him. La palabra Elo-hlm, está claro, no puede
borrarse. Ahora... ¿Qué ocurre si se trata de la palabra Le-Elo-hIm? ¿Puedo
borrar esa letra lamed? Y... ¿qué pasará si está escrito
La Halaja es contundente. Toda letra escrita antes de un Nombre (como la
Lamed de LeElohim), puede ser borrada. Pero toda letra escrita después del
Nombre (como la nun y la vav de Elohenu) no puede borrarse ya que el Nombre
que las precede las consagra y les confiere santidad.
Hace unos años en Argentina, después de participar en la postura de Tefilin
de un joven Bar Mitzva, se me acercó un conocido me dijo:
¿Para qué hacemos todo esto? Este joven — posiblemente- no se coloque
tefilin nunca más en su vida. ¡Los Tefilin ni siquiera son suyos! ¡Esto es
un circo!'.
Me vi tentado a decirle que tenía razón. Pero no. Realmente no lo creo así.
Creo fervientemente en el poder transformador de la santidad y de los
valores sagrados de nuestra tradición.
Aun cuando un joven haya decidido ese jueves al levantarse que nunca más
colocará sus Tefilin, creo el sólo hecho de colocarlos tiene el poder de
vencer su resistencia.
Tal vez no lo haga. Pero nadie sabe en qué momento una chispo comienza a
hacerse fuego.
Eso se llama 'Exposición a la santidad'.
La misma exposición que tiene una criatura cuando pasa por el Shabat antes
de ingresar al pacto de Abraham. La misma exposición que tiene la nun y la
vav escritas después de uno de los sagrados Nombres de Di-s. La misma
exposición que tiene, un joven cuando coloca sus Tefilin por primera vez en
su vida.
Shabat Shalom
Rabino Gustavo Surazski
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