PARASHAT  PINJÁS (NÚMEROS 25:10 – 30:1)


            Como vimos en la parashat  anterior, la acción que Pinjás, hijo de Eleazar, ejecutó al matar al israelita y a la midianita[1] que pecaban ante Moshé, calmó la ira de Adonai, deteniéndose la plaga que Él había decretado. D’s reconoce el celo por amor hacia Él y expiación por pueblo de Israel, que animaba a Pinjás y lo recompensa con Su “pacto de paz”, mediante el cual el y su descendencia mantendrían el sacerdocio. Adicionalmente ordena a Moshé que hostilice a los medianitas como castigo por su actitud corruptora.

            Luego ordena D’s que se efectúe un nuevo censo para que se conozca la cantidad de hombres en condiciones de guerrear, por lo que Moshé y Eleazar, Sumo Sacerdote después de la muerte de Aarón, reúnen al pueblo y transmiten las instrucciones pertinentes.

            Así, tribu por tribu de acuerdo a sus familias, fueron contados los varones que podían portar armas, llegándose a la suma de 601.730. Ellos fueron la base para determinar las tierras que serían asignadas a cada tribu de acuerdo con su tamaño, de manera que las más numerosas recibirían mayor superficie que las de menos integrantes. A su vez, la porción específica de tierra que percibiría cada familia sería resultado de la suerte, por sorteo.

            También fueron contados los levitas aún cuando ellos, como se recordará, no recibirían tierra. Los varones de la tribu de Levi, mayores de un mes, sumaron 23.000.

            Aún cuando la cantidad de censados era muy parecida a la del primer recuento en el Sinaí, 38 años antes (603.550) [2] , ninguno de los censados originalmente, con excepción de Caleb y Josué (los espías sobrevivientes) y el propio Moshé, se repetían, cumpliéndose lo predicho por Hashem respecto a la generación que salió de Egipto.

            En la parashat se cuenta luego un episodio en que cinco mujeres de una familia de la tribu de Menashé solicitan que a ellas, que no tenían hermanos y que su padre no formó parte de los rebeldes, les fuera reconocido el derecho de herencia para mantener el nombre de la familia. Moshé consulta a D’s sobre este caso recibiendo una respuesta afirmativa, estableciéndose una ley de sucesión que contempla el siguiente orden: 1º hijos, 2º hijas, 3º hermanos, 4º tíos y 5º el pariente más próximo. De esta manera se mantenía la propiedad de la tierra en la familia.

            Luego, D’s le dice a Moshé que suba al monte Abarim para contemplar la Tierra prometida tras lo cual moriría, cumpliendo lo decretado por Él cuando Moshé y Aarón no acataron debidamente Su voluntad en el episodio de las aguas de Meribá. Moshé acepta resignadamente la decisión divina y solicita a D’s que designe a su sucesor. Esta designación recae en Josué ben Nun, quien estaba dotado del espíritu requerido. 

El anuncio oficial al pueblo y transmisión del mando serían realizados en presencia de Eleazar, Sumo Sacerdote[3].

A continuación  Adonai especifica nuevamente las ofrendas que le debían realizar. Estas eran:

a) las de todos los días (mañana y tarde)[4]

b) las de Shabat

c) las de Rosh Jodesh (novilunio)

d) las de Pesaj (el día 14 del primer mes y los seis días siguientes)

e) las de Shavuot (50 días después de Pesaj)

f) las de Rosh Hazaña

g) las de Iom Kipur

h) las de Sucot (el día 15 del mes séptimo y los siete días siguientes)

 

También consigna los que serán días de Santa Convocación, en que no se trabajará:

·        el día 15 del mes primero (primer día de Pesaj)

·        el día 22 del mes primero (séptimo día de Pesaj)

·        el Día de las Primicias (Iom Habikurim) o Shavuot

·        el día 1 del mes séptimo (Rosh Hashaná)

·        el día 10 del mes séptimo (Iom Kipur)

·        el día 15 del mes séptimo (Sucot)

·        el día 22 del mes séptimo (octavo día de Sucot- Sheminí Atzeret)

 

Revisemos a continuación algunos aspectos destacados de esta parashat:

1) Pinjás mata a los pecadores sin juicio previo, es decir por decisión propia, lo que

constituye un crimen y es por lo tanto punible. Sin embargo, D’s lo recompensa con un Pacto de Paz (el sacerdocio).

Algunos comentaristas de la Torá señalan que el premio fue una retribución por haber tomada la iniciativa de castigar a transgresores flagrantes de preceptos divinos, dando muestras de su amor a Adonai y a Israel.

 

2)  Moshé muestra la calidad del gran líder que fue. Cuando es notificado de su              próxima muerte, luego de ver la Tierra Prometida desde la cumbre del Aborim, acepta con resignación su destino y sólo piensa en la congregación de Israel, preocupándole quien podría ser su sucesor.

 

3) Nuevamente se muestra la preocupación de D’s por la justicia en este mundo. Lo que se desprende del caso de las hijas de Zelofehad, que reclaman y obtienen la heredad de su padre.

Además este episodio constituye un desmentido macizo al supuesto machismo del judaísmo, como sucedía con su entorno.

 

4) El ritual y el culto son lo suficientemente importante para Adonai que reitera  su preocupación por ellos a través de las instrucciones sobre los sacrificios.

Aún cuando hoy día, en nuestro medio, tengan características diferentes, debemos mantener una adecuada dedicación a ellos.


 

[1] Hay que tener en cuenta que no se trataba de personas cualesquiera. El hombre, Zimri, era hijo de un príncipe de la tribu de Simeón y la mujer, Cozai, hija de uno de los cinco reyes de Midian.

[2] Números 1:46

[3] Al paso que Moshé recibió siempre instrucciones directamente de Adonai, Josué sería guiado por Eleazar, el Sumo Sacerdote, el que consultaría al Eterno por medio de los Urim y Tumim. Recuérdese que los Urim y Tumim eran un instrumento sacerdotal para obtener oráculos. Estos se encontraban sobre el Efod del Sumo Sacerdote. Por medio del Urim el sacerdote consultaba acerca de las autoridades (rey, Sanhedrín y funcionarios importantes). Era uno de los tres medios legítimos para obtener oráculos en el temprano Israel, junto con  sueños y profetas. Se estima que su uso cesó hacia el siglo II a.e.c.

               

[4] Corresponden, en la actualidad, a los servicios de Shajarit y Arvit