Resumen de la Parashá Jaiei Sara

 

B´´H

La virtud de la mujer....

Un relato de amor sin condiciones.

Nuestra Parasha comienza con la descripción de la muerte de Sara y la preocupación de Abraham por encontrar un lugar en su tierra para enterrar a su esposa.

Cuando logra su cometido y encuentra un lugar para Sara, sin ningún tipo de espera el relato se ocupa de mostrarnos a Abraham ocupado en pensar en el futuro de su familia. La Tora dice que D”S lo bendijo en todo. A esa bendición Abraham le agrega una postura proactiva para poder cumplir la promesa que D”S le hizo de prosperar y fundar un pueblo. No espera pasivamente que se haga efectiva dicha promesa, sino decide que el futuro dependerá también de sus acciones.

En este sentido entendemos que las bendiciones que recibimos no son una carta de garantías para recibir lo bueno de D”s,sino que precisamente a través de nuestro accionar es como se realiza la obra de D”S en la tierra. Así es como debemos cuidar de nuestras acciones para dirigirlas a propósitos nobles.

Abraham llama a su criado y le pide que comience la búsqueda de una mujer para su hijo Itzjak.

Cuáles son las condiciones para dicha busqueda? Aparecen aquí dos fundamentales: la primera es que sea de la tierra de origen y no de las mujeres Cananitas.

Es suficiente esta condicion? La repuesta a esta pregunta es fundamental porque va a determinar qué tipo de mujer buscara Abraham para su hijo. Si fuera suficiente, hablaríamos del origen biológico como central para la determinacion.Aqui agrega una nueva condición que es que la mujer que encuentre quiera empezar una nueva vida lejos de su tierra.

Su siervo entiende que esta es una condición de difícil cumplimiento y le dice a su amo que puede ser que requiera de la ida de itzjak hacia la tierra de origen para convencer a la mujer. Abraham se opone terminantemente ya que entiende que el mandato de fundar un nuevo pueblo no puede estar atado a su pasado, sino que el ambiente propicio es la tierra que D”S eligió para morar.

Observemos la paradoja: por un lado la mujer debe ser de la tierra de su origen, pero por otro lado debe tener la capacidad para dejar atrás su pasado y comprometerse con el nuevo proyecto. Aquí el compromiso con lo nuevo es determinante, ya que no quiere una mujer que comparta la cultura del lugar, pero necesita a su vez de la virtud de alguien que se atreva al desafío de lo nuevo.

Para el nacimiento y la concreción de la promesa Divina es indispensable hombres y mujeres que aprecien el valor de lo que se asoma, sin la nostalgia de lo que fue.

Nuestro judaísmo necesita de hombres y mujeres dispuestas a comprometerse profundamente a renovar sus vidas desde una perspectiva esencialmente judaica que jerarquice las Mitzvot como una forma de vida actual que enriquezca espiritualmente su accionar.

Aquí es donde la parasha nos muestra una dirección inequivoca: No es solo el origen biológico de la nueva mujer el elemento central de la decisión, sino su virtud particular que la hace elegir el nuevo camino.

Rivka aparece en el relato como una mujer hospitalaria frente el criado, que se preocupa no solo por el en la fuente de agua próxima al pueblo, sino que también se ocupa de sus camellos.

Cuando retorna a su hogar junto al siervo de Abraham para preguntar a su hermano Lavan y a su padre si puede reiniciar una vida junto a sus parientes en otra tierra, observamos la verdadera virtud de Rivka.En el momento decisivo que aparece una duda de su familia en dejarla ir a comenzar una nueva vida le preguntan a ella si quiere comenzar el viaje y ella contesta simplemente: Iré...No hay ningún tipo de especulación y afirma desde la voz de una mujer joven y hermosa que está dispuesta al nuevo camino.

El encuentro con Itzjak es un momento de “amor a primera vista”, pero nosotros entendemos que el amor incondicional de Nuestra futura matriarca se funda en el primer acto de afirmación en su tierra natal.

Una mujer que se opone terminantemente en nuestra Tora a su Hermano Lavan que es el ejemplo de la especulación frente a los hombres y el lucro como su único objetivo.

Un pueblo se funda con mujeres como Rivka que deciden fervientemente honrar sus compromisos y empezar una nueva Vida.

Nuestro modo de vida judaico se afirma en nuestro compromiso de honrar nuestro pueblo a través de las acciones del presente que nos permitirán construir un futuro de armonía y Shalom.

Bi Braja.

Shabat Shalom U Mevoraj
Shaná Tová U metuká.

Rabino Gustavo Kelmeszes.

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