Resumen de la Parashá Shemini

 

B´´H

"El misterio de la existencia de Di-s"

Encontramos en nuestra Parasha que en el octavo día luego de los "siete días de inauguración" Aarón y sus hijos comienzan a oficiar como Kohaním.
Un fuego Divino aparece para consumir las ofrendas del Altar y la Presencia Divina viene a morar en el Santuario.

Los dos hijos mayores de Aarón, Nadav y Avihú ofrecen "un fuego extraño frente a Di-s, que Él no les mandó" y mueren en el Santuario. Aarón permanece en silencio frente a la tragedia.

Esta situación planteo numerosos comentarios ya que aparece como un tema polémico las características del "fuego extraño que Él no les mandó".
Numerosos comentaristas se refirieron a la conducta de los Hijos de Aarón, en relación a que habían bebido mucho vino, no se habían lavado las manos, estaban vestidos inadecuadamente o que no estaban casados.

Todas estas conductas nos hablan no solo del fuego extraño visible, sino un fuego extraño en ellos que los motivaba a conductas desenfrenadas en la bebida, su vestimenta y en su conducta sexual.

El fuego extraño era producto de una falta de inhibición que los hacia querer llegar a Di-s de un modo inadecuado o buscando caminos alternativos a los que eran aceptados.

El fuego Divino aparecía desde las alturas para consumir las ofrendas del altar y ellos plantean un fuego demasiado terrenal ligado a sus deseos y pulsiones.
Otros comentarios se refieren a que en realidad el fuego extraño era la consecuencia de su "Lashon Ha Ra" (habladurías) que decían contra Moshé y Aarón, en relación a cuando estos "dos Viejos" terminarían con su "mandato".

El "fuego extraño "era parte de su apresuramiento por ocupar un lugar que no les correspondía y ellos creían que había llegado el momento para ocupar funciones más elevadas.

Ardía en ellos el fuego de la envidia que no les permitía recibir el fuego Divino desde las alturas como todo el pueblo.

El fuego era para todo el pueblo a la misma vez y ellos sentían una especie de privilegio que los diferenciaba de los demás.

Era un fuego extraño frente al pueblo y ellos hicieron del culto un tema privado que no estaba en el espíritu de la inauguración del altar, en el sentido de una fiesta "popular".

Aparece otra explicación en el sentido de que quisieron enseñar una Halajá frente a su maestro Moshé, que no estaba permitido ya que pondría en ridículo a su mentor.
Dicha enseñanza de cómo realizar un fuego para las ofrendas era una iniciativa de los hijos de Aarón, que no se correspondía con el respeto por Moshé y también esto era extraño a lo que usualmente se espera de alumnos que respetan los tiempos de sus maestros.

Un nuevo apresuramiento producto de su omnipotencia ardía en su interior y que no era apropiado para dicho momento.

Todas estas interpretaciones pueden ser complementarias, pero nos permiten entender el final del versículo, en cuanto a un fuego que no se les había pedido.
Lo que Di-s les había pedido al pueblo era que reciban el fuego Divino que quemaría las ofrendas como una señal de agradecimiento y jubilo.

El pueblo irrumpe en Alabanzas frente a lo grandiosidad del fuego. Nadav y Avihú se diferencian del pueblo y muestran su particular forma de vincularse a Di-s con un fuego no pedido.

Lo extraño del fuego es demostrar a todos que ellos conocen una forma "mejor" de aceptar el fuego Divino.

Al fuego de Di-s le contestan con el fuego del hombre, mostrando una faceta de querer asemejarse de la peor manera a Di-s.

Nos habla la Torá de la falta de humildad frente al portento Divino y de una necesidad clara de marcar que ellos también pueden hacer un fuego como Di-s.
Nuestra Parashá nos permite reflexionar de la actitud del hombre que deja poco lugar para el misterio Divino y su necesidad de marcar en su conducta que conoce los secretos de este mundo y que los va a mostrar públicamente.

Nada de este mundo le resulta extraño a los hijos de Aarón y precisamente "el fuego extraño" es el resultado de querer manejar todos los "resortes" de este mundo.
El fuego que los consume no es solamente el fuego Divino, sino su propia incapacidad de aceptar el misterio de la existencia de Di-s.


Shabat Shalom U Mevoraj

Gustavo Kelmeszes
Rabino Círculo Israelita de Santiago.