88.-QUE LOS SACERDOTES COMAN EL REMANENTE DE
LA ‘MINJÁ’ (“AJILAT SHEAREI MINJÁ LAKOHANIM”)
Es el
precepto con el cual se ordenó a los Sacerdotes comer lo que
sobre de las (ofrendas) Minjá.
Como está
escrito: “Y el sobrante lo comerán Aarón y sus hijos. Lo
comerán como pan ázimo, en lugar santo, en el atrio del
Tabernáculo” (Levítico 6:9).
89.-QUE LOS SACERDOTES COMAN DE LOS
SACRIFICIOS (“AJILAT KODASHIM LAKOHANIM”)
Es el
precepto con el cual se ordenó a los Sacerdotes comer de la
carne de los (sacrificios) sagrados – es decir: el Jatat
y el Ashám , que son (sacrificios de) Santidad Mayor-
Como está
escrito: “Comerán lo que ha servido para su expiación, para
ser santificados, pero ningún extraño comerá tales cosas,
que son santas” (Éxodo 29:33).
90.-INCINERAR LAS SANTIDADES QUE SE
IMPURIFICARON (“SREIFAT KODASHIM SHENITMEU”)
Es el
precepto con el cual se nos ordenó quemar las Santidades que
se impurificaron.
Como está
escrito: “La carne que tocare cosa impura no será comida,
sino que se quemará. …” (Levítico 7:19)
91.-INCINERAR LAS SANTIDADES CUYO LAPSO DE
CONSUMICIÓN CADUCÓ (“SREIFAT NOTAR”)
Es el precepto con el cual se
nos ordenó quemar el remanente.
Como está
escrito: “Nada podrá dejarse para un tercer día; si algo
quedare, será consumido por el fuego” (Levítico 7:17).
El precepto
de quemar el remanente de los Sacrificios una vez que pasó
el tiempo estipulado para su ingestión se debe a que la
carne, por naturaleza, comienza a descomponerse pasado
cierto lapso de tiempo y la Torá no quiso que el
Sacrificio sea despreciado a causa de ello.
92.-QUE EL ‘NAZIR’ DEJE CRECER TODO EL PELO
DE SU CABEZA.
Es el precepto con el cual se
ordenó al Nazir
dejar crecer su
pelo.
Es lo que
Él, exaltado sea, dijo: “En todo el tiempo de su nazareato
no pasará navaja por su cabeza. Mientras transcurra ese
tiempo de consagración al Eterno será santo y se dejará
crecer sus cabellos ilimitadamente” (Números 6:5)
En Moré
Nevujím (3:48) Maimónides compara la santidad del Nazir
con la del Sumo Sacerdote. Ello se debe, en su opinión, al
hecho de que éste se abstiene de los placeres de la vida,
tales como cortarse el pelo, beber vino, etc.
93.-OBLIGACIONES DEL ‘NAZIR’ AL FINALIZAR SU
‘NEZIRUT’
Es el
precepto con el cual se ordenó al Nazir cortar el
pelo de su cabeza y traer sus sacrificios al concluir los
días de su nezirut .
Es lo que
Él, exaltado sea, dijo: “Y esta es la ley del nazareo cuando
fenezca el tiempo de su nazareato. En la ocasión será
llevado a la entrada del tabernáculo, y brindará una ofrenda
al Eterno de un cordero sin tacha, de un año de edad, por
holocausto, y una cordera, también sin defecto y de un año
de edad, por ofrenda expiatoria, y un carnero sin mácula
para ofrenda pacífica, y una cesta de pan ázimo y tortas de
harina de sémola amasada con aceite y hojaldres de pan ázimo
amasados con aceite, y su oblación y sus libaciones”
(Números 6:13-15).
94.-CUMPLIR LO QUE SE DIJO.
Es el
precepto con el cual se nos ordenó cumplir todo lo que hemos
impuesto verbalmente sobre nosotros: juramento, promesa,
sacrificio y similares.
Es lo que
Él, exaltado sea, dijo: “…pero la palabra salida de tus
labios la mantendrás y la cumplirás tal como lo prometiste
al Eterno tu D’s) (Deuteronomio 23:24 y Números 30:3)
Las
promesas son un arma de doble filo. Básicamente, nuestros
Sabios alaban al que las formula para habituarse a la
restricción o para controlar algún apetito, como ser comer o
beber, etc. A ese respecto, declaran que ‘las promesas son
un cerco para la abstinencia’ y las ven apropiadas (Temurá
3b). Por el otro lado, su violación es tan grave que
nuestros Sabios ven preferencial no formularlas cuando cabe
una mínima posibilidad de su incumplimiento (Julín 2a) y
dicen: ‘Una persona que formula una promesa y no la cumple
es como si hubiera erigido un Altar prohibido’ (Nedarím 60b)
95.-ANULACIÓN DE LAS PROMESAS.
Es
el precepto con el cual se nos ordenó (lo referente a) la
anulación de las promesas, vale decir, la orden de juzgar
con esas leyes que se nos dio; pero no significa que, como
fuere, sea imperativo que las anulemos. El precepto consiste
en que se nos ha ordenado tratar aquel tema de acuerdo a
esta ley. Las situaciones principales se exponen en Números
30:2-17).
(Continuará)