6.-
DE CUALQUIER FORMA ¿QUÉ ES D’OS?
Josh sabía de deportes. En
el ámbito de los deportes, él era un genio. Podía citar de
memoria: estadísticas, records, y los momentos más
importantes de los partidos del campeonato. Cuando se
discutía sobre otra cosa, se retiraba, prefiriendo dibujar a
sus héroes deportivos en lugar de participar en nuestras
discusiones. De modo que fue una sorpresa total cuando una
tarde levantó la mano y, con la confianza de un campeón de
boxeo, entró a nuestro “ring”.
“Hemos estado hablando de
D’os, D’os, D’os. ¡Yo, todavía no creo en D’os!”
“Está bien. Me alegra que
estés pensando en ello”, le respondí. “Dime algo, ¿que
quieres decir con la palabra D’os?”
El no esperaba esta
respuesta. “¿Que quiere decir con: que es lo que pienso es `
D’os``? ¡Usted es rabino; sabe perfectamente que es D’os!
“Bueno, me has dicho que no
estás seguro acerca de D’os. Quiero asegurarme que entendí
en que no crees. ¿Qué quieres decir con la palabra D’os?”
Josh trató de contestar.
“Mucha gente diría que D’os es un espíritu invisible que
habita en el cielo y recompensa a la gente buena y castiga a
la malvada. Yo no puedo creer en eso.”
Me miró en la forma en que
uno mira a su profesor para descubrir si su respuesta era
correcta.
“Josh, no es en D’os en lo
que tu no crees” Le dije. “Eso es el Viejo Pascuero. El
Viejo Pascuero le trae regalos a los niños buenos y carbón a
los malos. Tu problema no es con D’os, porque si D’os fuese
lo que supones, tampoco yo creería en D’os”
Ahora fue él el que quedó
sorprendido. “¡Pero usted es rabino. Usted tiene que creer1”
“¿No tengo que creer en algo
que tenga sentido para mí?” Le respondí.
Cuando era niño, creía que D’os
era un personaje como abuelo que vivía invisible en el cielo
y me cuidaba. Sospecho que mucha gente empezó con esta misma
imagen. Cuando crecí, mis ideas sobre D’os cambiaron. En la
medida que nos sofisticamos, es importante que nuestra
imagen de D’os también lo haga. De otra manera, nos quedamos
estancados con ideas infantiles acerca de D’os y la
religión; que ya no nos sirven, al igual que la ropa y los
zapatos de la niñez. Buscando, preguntando, debatiendo,
probando diferentes ideas acerca de D’os; es la forma de
crecer religiosamente.
He aquí una forma de pensar
acerca de D’os. Cuando te miras en el espejo, ¿qué es lo que
ves? ¿Te ves a ti mismo, no es cierto? Ves tu cara, tus
brazos, tus hombros y tu pecho. Si es un espejo más grande,
a lo mejor ves tus piernas y pies. Ves tu cuerpo. ¿Pero ese
eres tú? ¿Es todo lo tuyo? ¿Dónde está tu personalidad? ¿Tu
sentido del humor? ¿Las cosas que sabes? ¿Tus intereses y
habilidades? ¿Puedes ver eso en el espejo?
¿Qué se ha perdido en la imagen
del espejo? Ves tu cuerpo, pero no ves la parte e ti que
llamamos tu “ser”. ¡Y sin importar la buena pinta que puedas
tener, tu parte del “ser” es mucho más importante! ¡Es la
parte que hace que tú seas… tú! Montones de personas tienen
brazos y piernas, pero sólo tú tienes ese “ser”.
¿Pero que es éste “ser”? ¿ De
que está hecho? ¿Dónde está? ¿Cómo se metió ahí? ¿No es
extraño que el “ser”, que es la esencia de ti, sea tan
difícil de describir? Está tan cerca, pero es difícil
encontrar palabras para definirlo.
Supongamos que miramos al mundo
de la misma manera. Imagina el universo- la tierra, los
planetas y las estrellas, toda la naturaleza, todo lo que
es, fue y siempre será- como un cuerpo. ¿Hay un “ser”
viviendo en ese cuerpo?
D’os es el “ser” del universo.
Así como es imposible describir
y definir tu propio “ser”, es imposible describir y definir
a D’os
En la Torá, D’os tiene un nombre
propio. En Hebreo este nombre se deletrea Yud-Hey-Vav-Hey.
Cuando vemos este nombre, decimos “Adonai”, que
significa “mi amo”. Pero el nombre mismo no puede
pronunciarse. ¿Porqué un nombre que no puedes decir? Tú
puedes nombrar sólo cosas que pueden definirse o
describirse. Si no puedes definirla o describirla, es
difícil nombrarla. Mientras más confusa sea la definición,
más confuso resulta nombrarla. D’os, el “ser” del universo,
no puede ser definido. De manera que el nombre de D’os, no
puede pronunciarse.
Incluso, aunque no podamos
definir a D’os, hay cosas que podemos decir. Podemos decir
que diferencia significa para nosotros saber que D’os está
en el universo.
Miremos nuevamente en el espejo.
Tienes brazos, piernas, pelo, pies, etc. Cada parte es
diferente, pero son todas una persona, porque todas son
parte de tu “ser”. El piso en el que estás parado, las ropas
que vistes y tus zapatos no son parte de tu “ser”. Es este
sentido de “ser” que hace a tus partes, una persona.
Similarmente, decir que el universo tiene un “ser”,es decir
que todo es uno. Y así lo decimos en el Shemá, la plegaria
más importante en la religión Judía: “Escucha OH Israel,
Adonai es D’os, Adonai es Uno” La palabra importante es la
última: Uno.
Cuando hablamos sobre D’os, no
hablamos sobre alguien que está arriba en el cielo, alguien
separado de nosotros y del mundo, mirándonos hacia abajo..
D’os no está “arriba”, o incluso “afuera”. D’os es el Todo.
D’os es todo. D’os es lo que conecta todas las cosas con
todas las demás cosas, incluyéndonos a nosotros, los que
buscamos a D’os.
Cuando decimos el Shemá,
nuestra oración más importante, estamos diciendo que D’os-el
Todo-no está roto en dos o tres o más. El mundo no puede
dividirse. No puedes decir “Este es mi lugar y este es el
tuyo” , o “Esta es nuestra gente y esos son otros” No puedes
dividir la humanidad entre “nosotros” y “ellos” Somos todos
uno. Estamos todos relacionados. Si te daño, me daño a mi
mismo. Así, la Torá me ordena amar a mi prójimo como a mi
mismo (Levítico 19:18). Mi vecino y yo, somos realmente uno.
Imagina una ola en el océano.
Ahora imagina que D’os es el océano y cada uno de nosotros
somos una ola. La ola es parte del océano. Una ola se
levanta del océano para ser diferente y luego vuelve a
bajar. Ahora, supón que la ola toma conciencia de si misma.
Puede pensar que es un ente separado, independiente. ¿Qué
hará que la ola descubra que fue parte del océano?
¿Entonces, como se sentiría? ¿Cómo, ese descubrimiento,
haría cambiar la idea de la ola sobre si misma? La ola
sabría que en realidad, está conectada con toda otra ola.
Sabría que, después de elevarse y luego caer nuevamente en
el océano no habría realmente desaparecido, sino que
volvería a levantarse como otra ola. Entendería que en
realidad fue mas, mucho mas grande que sólo una ola.
¿Que diferencia hace esta idea
de D’os en la vida real?
Mucha gente se comporta como si
fueran astronautas. Como los astronautas, pensaran que viven
en una habitación sellada, en una cápsula sellada, aislados
del ambiente que los rodea. Su traje espacial es su piel, y
dentro está lo que llaman “yo”. Cuando decimos que nos
sentimos próximos a D’os, estamos reconociendo la verdad
respecto a que no somos astronautas. No somos seres
aislados. Somos parte del ambiente, parte de nuestra
comunidad, parte de nuestro mundo. Y todo es parte de
nosotros. Porque somos todos parte de D’os y D’os es Uno.
El problema es que ,
constantemente, olvidamos esta verdad. Olvidamos y empezamos
a pensar y comportarnos como astronautas, como si nada de lo
que hacemos afectara a los demás en el mundo alrededor
nuestro. El propósito más importante de la religión es
recordarnos constantemente de que somos parte del Todo. Así
es como nuestra creencia en D’os conduce directamente a un
sentido de responsabilidad por el mundo.
¿QUE ES ESO ACERCA DE QUE
D’OS ES UN PASTOR…ACASO SE SUPONE QUE SOMOS
OVEJAS?
“Bueno, Rabino”, continuó
Josh, “pero está esta cita en el Libro de Oraciones acerca
de que D’os es un pastor. ¿De que se trata?¿Acaso se supone
que somos ovejas?¡ Baaaaaa!”
Piensa, nuevamente, sobre tu
“ser” ¿Qué es? ¿Es una cosa? Si te sacamos aparte, pieza por
pieza, encontraríamos tu corazón, tus pulmones, tu
cerebro.¿Encontraríamos tu “ser”? El ser no es una cosa que
podamos tocar y mirar. Si quiero conocer tu “ser”, o si
quieres conocer el mío, ¿Cómo podemos hacerlo? Consigo
conocerte escuchando lo que dices. Observo como actúas. De
las cosas que haces y dices obtengo una idea de lo que es
importante para ti. Luego, puedo decir que te conozco. Cada
uno de nosotros tiene un patrón único de comportamiento que
nos identifica. Si comienzas a comportarte en forma extraña,
puede que digamos: “No eres tu mismo hoy día” Tu patrón
único de comportamiento es tu “ser”. Ser, no es una cosa,
sino un modelo de acción. Con D’os, sucede de la misma
manera.
En la Torá, Moisés le plantea a
D’os nuestra duda. Dice: “Déjame ver Tu presencia” Y D’os
responde: “Yo haré pasar toda Mi bondad ante tu vista y
pronunciaré Mi Nombre ante ti y haré Merced a quien me
plazca y seré misericordioso con quien lo merezca. No podrás
ver mi rostro, porque nadie que Me vea queda vivo” (Éxodo
33:18-20). Moisés es el amigo más cercano de D’os. El desea
saber lo que nosotros queremos saber: ¿Qué es D’os? D’os le
dice, eso no puedes saberlo. Lo que puedes saber es lo que
hago en el mundo, como quiero al mundo y lo cuido. Moisés
acepta esto, porque entiende que conocer a D’os no es asunto
de saber lo que D’os es, sino lo que D’os hace.
En el Libro de Oraciones,
encontramos montones de palabras describiendo a D’os:
Pastor, Padre, Rey, Roca, Sanador, Redentor. Pero estas no
son literalmente verdaderas. D’os no es ,realmente, un
pastor con su manada de ovejas alrededor. D’os no es
realmente una roca. Estas son metáforas. Una metáfora, como
recordarán, describe algo por comparación con otra cosa.
Para descifrar una metáfora, necesitamos encontrar la idea
común entre la metáfora y a lo que se refiere.
¿Que significa decir: “D’os es
un Pastor?” Así como un pastor cuida a sus ovejas, sentimos
que D’os cuida de nosotros. D’os es un Padre. Igual como los
padres aman a sus niños, los protegen y proveen para ellos;
sentimos que D’os nos ama, nos protege y provee para
nosotros. D’os es Rey. Igual que un monarca establece las
leyes de su imperio, creemos que D’os nos da normas para
vivir una buena
vida.
Nuestra religión está llena de
metáforas de D’os. Pero nótese lo que nos dicen estas
metáforas: No nos dicen lo que D’os es, nos dicen lo que
D’os hace. Ellas describen el modelo de las acciones de D’os.
Quizá debiéramos cambiar la
forma en que hablamos de D’os. ¿Que pasaría si usamos la
palabra D’os no como sustantivo, sino como un verbo o un
adverbio? Usando D’os como sustantivo resulta confuso. Nos
hace pensar en D’os como el nombre de algo que podemos ver y
tocar. Imaginamos a D’os como una persona gigante viviendo
en el cielo. O describimos a D’os con palabras confusas
como “espíritu” o “poder” o “ser”.
Quizá una mejor manera de usar
la palabra D’os es como verbo o adverbio, como “Divinizar” o
“actuar piamente”
.
Cuando decimos “D’os”, no estamos refiriéndonos a una
persona o cosa o ente, estamos hablando de un patrón de
eventos en el mundo y en nuestras vidas o acerca de la
cualidad de una acción o un momento.
Si D’os es sustantivo, una cosa,
seguimos preguntando: ¿Qué es D’os? o ¿Dónde está D’os?.
Pero una vez que empezamos a pensar en D’os como verbo o
adverbio, podemos hacer preguntas distintas. Con verbos
podemos hacer preguntas de Cuándo y Cómo, del tipo: ¿Cuándo
está D’os? ¿Cuándo estamos actuando “Santamente”? ¿Cómo
podemos hacer cosas Santas en el mundo?
Nuestra religión es la manera
nuestra de contestar esas preguntas. Nuestra religión nos
ayuda a encontrar a D’os en lo que sucede alrededor nuestro.
Nuestra religión nos enseña cual es el patrón divino que
actúa en el mundo y cual no es. El Judaísmo es una
invitación a unirnos al actuar Divino, al hacer Divino.
Cuando decimos que sentimos la cercanía de D’os, estamos
diciendo que estamos involucrados con D’os, participando de
su quehacer, viviendo Santamente.
Cuando se realizó la película
“El Príncipe de Egipto”, tenía un amigo en el estudio que me
invitó a ver una versión preliminar y conocer al director.
Los realizadores tenían un problema: Cuando Moisés escucha
la voz de D’os en la escena de la zarza ardiente, ¿Cómo
sonaría? ¿Debía sonar como la de “Darth Vader” ¿Debía ser
una voz masculina o femenina? ¿Suave o enojada? Recordé que
esa misma pregunta fue discutida por JAZAL . Los
Rabinos llegaron con una respuesta sorprendente: La voz que
escuchó Moisés fue la suya propia. ¡Y así es como aparece en
la película! Cuándo Moisés escucha la voz de D’os frente a
la zarza ardiente, es su propia voz la que le ordena ir a
libertar a su pueblo. La voz de D’os no viene de lejos. Si
somos parte de D’os, D’os puede hablarnos desde lo más
profundo de nuestro ser. El gran problema es aprender a
escucharlo.
En el primer capítulo de la
Biblia aparece que D’os creó al ser humano a “imagen de
D’os” ¿Qué significa esto?. Quizá nos enseña que si queremos
encontrar a D’os, no necesitamos mirar al cielo o hacia el
interior del universo. El lugar más próximo para encontrar a
D’os es dentro de nosotros. Cuando rezo, no estoy rezando
“arriba” a D’os que vive en el cielo. Estoy mirando dentro
de mi mismo, tratando de encontrar esas partes de mi que
mejor reflejan a D’os.
Cuando escucho a D’os, no es
como el ruido estruendoso de un altoparlante que viene de
arriba, sino la voz de lo más profundo de mi instándome a
vivir de acuerdo con D’os.
Cuando D’os actúa en el mundo,
no es a través de milagrosos truenos y relámpagos del cielo.
Es a través de los actos desinteresados de gente como
Charles (del que comentamos en una Cartilla anterior), que
sanan y ayudan.